El técnico, en rueda de prensa, destacó que el título se ha conseguido "a falta de cuatro jornadas" para el final: "Y a 14 puntos del Real Madrid y a 16 del Atlético, lo que significa que hemos sido mucho mejor que el contrario. Se tiene que celebrar como se debe. Estoy muy contento y orgulloso".
Xavi destacó la palabra "equipo" de forma constante en su comparecencia: "De eso estoy muy orgulloso. Todo el mundo se ha puesto el mono de trabajo. Ha priorizado el equipo a la individualidad y esto es lo más importante. Nos da mucha calma, esperanza y tranquilidad".
El responsable del banquillo del Barcelona apuntó que ha habido momentos "duros y complicados", aunque ensalzó el carácter del bloque para ser "una familia" en las etapas más complejas del curso. "Hemos jugado muy bien al fútbol en algunos partidos y en otros hemos sabido sufrir", reflexionó.
Pese a su satisfacción personal, el técnico descartó que ésta sea "LaLiga de Xavi" y trasladó el protagonismo a los futbolistas. El entrenador comentó que los jugadores han sido "vitales y claves" y han entendido "a la perfección" su libro de estilo.
Con miras al futuro, el preparador azulgrana comentó que este título da "credibilidad y estabilidad". De todos modos, el entrenador reconoció que no ha sido un curso redondo: "El título significa que el proyecto es válido, pero no estuvimos al nivel en Europa y es la asignatura pendiente".
Xavi explicó que durante la temporada tuvo claro que podía ser campeón de LaLiga si no había relajaciones. "Siempre sufres como entrenador, cuando estás dentro con esta responsabilidad se ve diferente", confesó.
Preguntado por la invasión de campo de decenas de aficionados periquitos mientras los futbolistas celebraban el título con un corro, el técnico aseguró que él indicó a sus futbolistas que fueran a los vestuarios, sin darse cuenta de lo ocurrido: "No lo he visto. Yo creía que era el momento de celebrarlo dentro".
Xavi Hernández indicó, ante las preguntas de los medios, que "no hay que generar más polémica" y subrayó que el equipo no ha querido "provocar a nadie".
"Era un momento muy emocional y era difícil no celebrarlo. Los futbolistas no lo celebraban porque fuera el campo del Espanyol", ha apostillado.