El triunfo definitivo llegó con la misma autoridad que ha mostrado en una Liga con muy pocos tropiezos, apenas cuando ya sintió tener gran parte del trabajo hecho y alejarse del récord de un título con 100 puntos. Atropelló a un Espanyol que expresa angustia ante la cercanía con la que siente el descenso. La goleada, hasta con un 0-4 a los 53 minutos, que acabó maquillada con dos tantos 'pericos', dio paso a una celebración que manchará la imagen del fútbol español en todo el planeta. Una invasión del terreno de juego cortó la fiesta de forma abrupta.
2. El Real Madrid dignifica la competición
El enfado de buena parte de los equipos que pugnan con el Getafe por seguir en la elite del fútbol español al ver el once titular y las rotaciones de Carlo Ancelotti, se silenció cuando dio entrada en la segunda parte a jugadores como Vinícius, Kroos o Modric. El técnico italiano acabó dignificando la competición, al igual que sus jugadores que tras reservarse en el primer acto, terminaron compitiendo para lograr un triunfo en una competición que ya sentían perdida desde hace jornadas y a cuatro días el encuentro que marca toda su temporada, la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones en el Etihad.
El gol de Marco Asensio dio el triunfo al Real Madrid y castigó la especulación de José Bordalás, que nunca se lanzó a por el triunfo en una ocasión histórica para conquistar el Santiago Bernabéu. Dio por bueno un punto y acabó marchándose con los bolsillos vacíos, dejando escapar una gran jornada para salir de la zona de descenso. La elegancia de Ancelotti con el resto de rivales a punto estuvo de costarle cara cuando Eduardo Camavinga, uno de sus titulares indiscutibles, acabó lesionado por una dura entrada. El esguince de rodilla que sufre no parece alejarle de la batalla entre los dos mejores equipos de Europa del momento.
3. La jornada negra de los equipos de la zona baja
Hasta siete equipos están inmersos con cuatro jornadas por disputarse, en la lucha más agónica que se recuerda en años de competición en LaLiga. Desde el decimotercero, un Celta de capa caída, hasta el penúltimo, un Espanyol vapuleado por el Barcelona, aparecen un puñado de equipos que dan todo por evitar seguir los pasos de un Elche ya descendido.
La trigésimo cuarta jornada fue negativa para seis de esos siete equipos. Espanyol y Getafe, en descenso, Valladolid, Cádiz, Almería y Celta cayeron derrotados. De nada sirvió a Getafe y Valladolid medirse a dos equipos con la mente puesta en las semifinales de competiciones europeas, Real Madrid y Sevilla. El irregular Cádiz mostró su cara preocupante en casa del Mallorca; el Almería no tuvo opciones en casa del subcampeón de Copa del Rey, Osasuna; y el Celta cedió en el último instante ante el gran vencedor de la jornada, el Valencia.
4. El pinchazo más inesperado del Atlético
El paso atrás más inesperado en la lucha por una segunda plaza que se marcó como objetivo el Atlético de Madrid, llegó en casa del único equipo descendido de categoría. El Elche derrotó, con un tanto polémico al meterse en el campo con buena parte de la bota del lanzador de un saque de banda secundado con una mala salida por alto de Ivo Grbic, a un rival desconocido.
Nueve victorias en las diez últimas jornadas, cediendo únicamente en casa del campeón, colocaron al Atlético de Madrid en la segunda plaza superando al Real Madrid. La identidad mostrada en los dos últimos meses, se desplomó en un pésimo partido en el que desesperó entre cada ocasión perdonada por Álvaro Morata sin que su referente, Antoine Griezmann, saliera al rescate. El Elche, jugando ya sin la presión de su situación, vence por primera vez dos partidos consecutivos en su estadio en todo el curso.
5. El gran salto del Valencia
La jornada soñada por todo valencianista llegó en la trigésima cuarta. Derrotas de todos sus rivales directos y triunfo, como no agónico, para dar un gran salto en la clasificación, subir tres puestos y tomar un colchón, que es oro, a cuatro jornadas del final de tres puntos sobre la zona de descenso. Desde finales de enero no disfrutaba de ese margen y tras conseguir lo más difícil, salir de la zona roja, ahora encara el reto de mantenerse sabiendo que su próximo partido es recibir al Real Madrid en Mestalla.
El destino premió a Alberto Marí a sus 22 años. Le habían anulado en su primera irrupción con el primer equipo del Valencia un gol ante el Villarreal que habría dado el triunfo. La increíble sensación de dar el triunfo en un momento de máxima necesidad al club de su corazón la sintió en su segundo oportunidad. Con un testarazo inapelable a dos minutos del final en Balaídos. La delgada línea que separa la derrota del triunfo en el fútbol. Del lanzamiento de falta de Óscar al poste de la portería valencianista a los 75 minutos, al triunfo más importante del curso en el último suspiro que le aleja de la quema.