'Vini' fue el más desequilibrante del encuentro. Desesperó a Moncayola, con amarilla desde el minuto 21, y a Rubén Peña, quien intentó ayudar a su compañero; sin suerte. Incluso el 'Chimy' Ávila, con cinco minutos en sus piernas, no pudo parar al espacio al brasileño, con 70 minutos más de juego.
No tardó Vinícius en demostrar su superioridad por banda izquierda. Segundo minuto de partido, dejó atrás a dos rivales, y encontró a Rodrygo en el segundo palo para hacer el 1-0. La primera de la conexión brasileña.
Cuarenta minutos de energía desbordante de un 'Vini' al que solo le faltó más precisión en los últimos metros y de sus compañeros, con un Benzema especialmente espeso, para hacer valer este dominio.
Pero en los últimos cinco minutos de la primera parte, Vinícius se perdió. Fingió un penalti, protestó a árbitros y rivales, se encaró con la afición de Osasuna... volvió a ver amarilla y subió la tensión. Sus compañeros y Ancelotti tuvieron que pararle y protegerle para evitar males mayores.
En la segunda mitad tardó en entrar en juego, como un Real Madrid al que Lucas Torró ajustició la pasividad y exceso de confianza tras el descanso, pero en el 70 volvió a decantar el encuentro. Imparable.
Encaró, pisó linea de fondo y desequilibró a una defensa de Osasuna que no encontró la fórmula para detener su juego. Su pase acabó en las botas de un Kroos que disparó y cuyo rechace lo hizo bueno Rodrygo. Otra vez, en el segundo palo.
Dos situaciones de delantero clásico. De esperar oculto donde se pierde la atención, en el lado débil, para volver a ser importante en un partido grande.
De 'míster Champions', competición que tendrá que esperar al martes contra el Manchester City, a ser decisivo también en otra competición de K.O.
Ya lo fue en cuartos contra el Atlético de Madrid, con un gol en conducción que dejó atrás a tres rivales para definir con calidad al primer palo, pero en la final esperaba su momento.
Se trata de su segundo doblete de la temporada tras el convertido en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Chelsea. Llega el momento clave de la temporada y Rodrygo se gana ser más que un revulsivo desde el banquillo, como fue la pasada campaña y, por momentos, en esta.
Sin embargo, revirtió la situación y para Ancelotti, Rodrygo ya es un fijo.
De la banda izquierda con Vinícius a la derecha con Rodrygo. La conexión brasileña. Los puñales del Real Madrid para ganar su tercer título de la temporada, tras la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, y que coloca a ambos, tras cinco y cuatro temporadas, respectivamente, en el club, con un palmarés completo.