Las eliminatorias han dejado de ser un quebradero de cabeza para una selección que, desde 1966, solo ha vuelto a disputar una final de un gran torneo internacional. Desde 1982 hasta la llegada de Southgate, Inglaterra disputó 10 eliminatorias en Mundiales y cinco en Eurocopas. En el torneo mundialista superó el 50 % de sus cruces, mientras que en el europeo, desde 1988, solo avanzó en una ocasión, cuando organizaron la Eurocopa en Inglaterra.
Estos números se han invertido desde que Southgate tomara el control del combinado nacional en septiembre de 2016. El dato es esclarecedor. Southgate ha disputado cuatro eliminatorias en Mundiales y ha superado tres, mientras que en Eurocopas ha pasado los tres cruces que ha dirigido, a excepción de la final en 2021 en la que perdió con Italia. Ha superado el 75 % de las eliminatorias mundialistas y el 100 % de las de Eurocopa.
El londinense ha devuelto la competitividad al cuadro inglés, a cambio de renunciar al espectáculo. Ante Senegal, los primeros 30 minutos de juego fueron insulsos y dejaron espacio a los africanos para adelantarse. Sin embargo, el resultado justifica esos momentos de malo juego, como también el primer puesto en la fase de grupos justifica encuentros paupérrimos como el jugado ante Estados Unidos (0-0).
Y sus números están ahí. Por primera vez dese el binomio 1986-1990, Inglaterra está en cuartos de final por dos Mundiales consecutivos. Southgate llevó en Rusia a sus primeras semifinales en 28 años y a la primera final de la Eurocopa que han disputado los 'Tres Leones'.
Su contrato termina en 2024, después de la Eurocopa de Alemania, y su continuidad ha estado discutida, por ser incapaz de exprimir la brillantez de una de las generaciones doradas del fútbol inglés. Su futuro lo puede marcar lo que ocurra el sábado ante Francia. De pasar, Southgate seguirá cimentando su mística de rey del KO, de caer eliminado, su gran argumento se vendrá abajo.