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En la madrugada del 29 de noviembre del 2016 se confirmaba una de las mayores tragedias aéreas de la historia. El vuelo 2933, de la empresa aérea de Bolivia, Lamia, que transportaba al equipo del club brasileño Chapecoense, para disputar el partido de revancha de la final de la Copa Sudamericana, se estrelló en las montañas de Antioquia, Colombia.
En total 77 personas iban en el vuelo, entre jugadores, equipo técnico, periodistas, dirigentes y tripulación. Solo 6 sobrevivieron: el periodista Rafael Henzel; 2 miembros de la tripulación, Ximena Suárez y Erwin Tumiri, y los jugadores Alan Ruschel, Helio Neto y Jackson Follmann.
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Alan Ruschel sufrió múltiples traumas, avulsión en las extremidades y una luxofractura en la columna. El lateral izquierdo fue el único de los 3 jugadores sobrevivientes que volvió a las canchas y juega hasta el día de hoy, a sus 33 años.
Ruschel y el cambio de asiento que lo salvó de la tragedia del Chapecoense
Una vez en su país, Ruschel contó que Cadu Gaúcho, dirigente del club, le pidió que se sentará adelante para que los periodistas que acompañaban al equipo se sentaran en la parte trasera del avión.
El lateral se negó, pero al ver a Jackson Follman en la parte trasera, quien insistió a su compañero que se sentará a su lado, accedió a realizar el cambio.
La vuelta de Ruschel a las canchas y el quiebre de su relación con Chapecoense
Tras varios meses de recuperación, Ruschel volvió a jugar para el Chapecoense. Pero su nivel, condicionado por su salud, hizo que vaya a préstamo a otros clubes como el Goiás, Cruzeiro y América de Mina Gerais. Regresó a Chapecoense nuevamente en el 2020, destacándose en la consagración del club en la Serie B de Brasil.
Pese a que se consagró campeón con el club, no le renovaron el contrato, motivo por el que el jugador fichó con Londrina Esporte Club. Tras disputar casi 30 partidos en la Serie B de Brasil con el equipo, el lateral está por fichar actualmente con el Juventude.
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Pese a sobrevivir y jugar en el Chapecoense, Ruschel mantuvo disputas legales con el club, ya que no lo consideraban como “víctima” del accidente, negándole los derechos que le corresponden como tal. Incluso, Chapecoense argumentó que la tragedia “dio notoriedad al reclamante y apalancó sus ganancias”, según publicaron algunos medios.
El jugador tildó como absurdo que el club considere que su vida continuó con normalidad tras ser operado y tener 8 tornillos en la espalda. Tras su demanda, logró cobrar más de US$ 600.000, pero su relación con el Chapecoense quedó desintegrada. Sin embargo, Ruschel asegura que seguirá jugando fútbol pese al conflicto con el Chapecoense.