Klinsman explicó al canal británico en el que colabora que pretende hablar con Queiroz para "calmar las cosas" por cuanto entiende que "hubo cosas realmente sacadas de contexto". "Intentaré llamarlo y calmar las cosas", señaló.
“Nunca he criticado a Carlos ni al banquillo iraní. Algunos incluso pensaron que estaba criticando al árbitro, porque no hizo nada por la forma en que se estaban comportando en el banquillo", indicó el campeón mundial en 1990.
"Todo lo que describí fue su forma emocional de hacer las cosas, que en cierto modo es admirable. Toda el banquillo vive el juego. Están saltando arriba y abajo y Carlos es un entrenador muy emocional, está constantemente tratando de dar a sus jugadores toda su energía y dirección", explicó Klinsmann.
La Federación iraní anunció que se había quejado ante la FIFA por sus declaraciones, que considera contrarias al fútbol y al país y le exigió que pidiera disculpas y que presentase su dimisión como miembro del Grupo de Estudios Técnicos del organismo mundial en Qatar 2022.
La asociación del país asiático explica a parte de "varias consideraciones desafortunadas en torno a la selección nacional iraní y su personal", el exjugador y extécnico germano "emitió juicios sobre la cultura iraní".
"Dijo que en el partido Irán-Gales, los jugadores y el personal del equipo Melli 'hicieron trabajar al árbitro: No es casualidad, es parte de su cultura, de su forma de jugar. Hicieron trabajar al árbitro'", recuerda la Federación Iraní.
Así mismo, "la selección nacional iraní invita al Sr. Klinsmann a visitar la concentración del equipo Melli en Doha, para conocer la milenaria cultura persa y los valores del fútbol y el deporte".
La Federación Iraní apunta que pese a ser germano, Klinsmann "no será juzgado por el episodio más vergonzoso de la historia de los Mundiales, la 'Desgracia de Gijón' del 82, cuando Alemania Federal y Austria arreglaron un resultado".
El propio Queiroz publicó en su cuenta oficial de redes sociales un hilo de mensajes dirigidos hacia Klinsmann, a quien recrimina que sin conocerle personalmente le cuestionó su carácter "con un típico juicio prejuicioso de superioridad".
"No importa cuánto pueda respetar lo que hiciste dentro del campo, esos comentarios sobre la cultura de Irán, la selección de Irán y mis jugadores son una vergüenza para el fútbol. Nadie puede herir nuestra integridad si no está a nuestro nivel, por supuesto", indicó el técnico luso, quien también precisó que les gustaría invitar a Klinsmann a la concentración iraní, "socializar con los jugadores de Irán y aprender de ellos sobre el país, la gente de Irán, los poetas y el arte, el álgebra, todos el arte milenario, la cultura persa, y también escuchar de nuestros jugadores cuánto aman y respetan el fútbol".