De los 39.369 espectadores que se dieron cita para ver el partido contra Polonia (0-0), las camisetas verdes, banderas tricolor y disfraces varios típicos de México ganaban por mayoría al blanco y rojo polaco. Y poco tardaron en demostrarlo.
La canción tradicional ‘Cielito Lindo’, los cánticos de apoyo a Hirving ‘Chucky’ Lozano u otros como “a Polonia se le va a atragantar el chile mexicano” pusieron ritmo y color a los momentos previos tanto fuera como dentro del estadio. Hasta que llegó el himno.
Ese con el que Alexis Vega rompió a llorar, al cumplir “su sueño de pequeñito”; con el que los mexicanos se llevaron la mano al corazón, dieron todo de sus gargantas -la que muchos asistentes, aficionados y periodistas, tienen en horas bajas debido al excesivo uso del aire acondicionado-, y cogieron sus móviles para inmortalizar uno de esos momentos que ponderan un Mundial.
El fin del himno dio paso a una ovación atronadora que tan solo fue un aviso de lo que tenían preparado los mexicanos. Tanto fue así que hicieron retumbar en varias ocasiones a un estadio construido íntegramente con contenedores de transporte y acero modular. Pasó con nota la prueba; incluso tras la atajada del ‘Memo’ Ochoa a Robert Lewandowski en el penalti que, en los segundos en los que el delantero polaco esperaba el silbido del árbitro, fue lo único que hizo callar a la afición ‘tri’.
Un ambiente que hasta el ‘Tata’ Martino, quien en la víspera quiso mandar mensaje a su afición y que fue abucheado cuando sonó su nombre en megafonía instantes antes del choque, agradeció en sala de prensa.
“Lo pensé durante cuatro años y no lo pude ver nunca, por diferentes circunstancias. Hoy hubo un estadio lleno de mexicanos alentando a México y esto es algo que ilusiona. Lo más importante es la Selección y el equipo. Ellos nos dieron un mensaje con el comportamiento de esta noche", dijo.
Lo único que le faltó a los mexicanos para que la experiencia fuera redonda, los tres puntos. Y por delante un partido frente a Argentina el sábado en el que, ahí sí, se espera un duelo mucho más reñido en la grada con más capacidad de Qatar 2022, con 88.966 asientos; y con mucho en juego sobre el césped del estadio de Lusail.