"No se separaba del balón ni siquiera durante el cambio de clase. En los pasillos de la escuela jugaba al fútbol y cuando me veía, me daba un pase y gritaba: '¡Chute, profesora!'", comentó a EFE Manana Merabishvili, profesora en la escuela número 169 de la capital georgiana.
SU PRIMERA ENTRENADORA
La maestra recuerda que Khvicha y ella jugaban "hasta que no sonaba la campana para ir a clase". El resto del tiempo lo pasaba en el estadio escolar.
"Así que me puede considerar uno de sus primeros entrenadores", comenta risueña.
Merabishvili, que fue la tutora del futbolista desde el quinto al décimo segundo curso, destaca que Khvicha "siempre fue muy enérgico y lúcido".
"Cuando me comunico con él, siempre le escribo: 'Recuerda quién te enseñó a jugar al fútbol'", dijo la profesora, que mantiene contacto con el jugador del Nápoles por las redes sociales.
UNA ESTRELLA MUY HUMILDE
Insiste en que Kvaratskhelia es una persona "muy buena", al que no se la ha subido la fama a la cabeza.
"Es muy sencillo en el trato con nosotros, los vecinos o los amigos de la infancia. Cuando viene a Tiflis, con placer se acerca a su escuela, donde tanto lo quieren y se enorgullecen de él. Lo digo con objetividad. No se le puede criticar por nada", explicó.
Destaca que recientemente viajó a su ciudad natal, Tsalendjikha, en el oeste del país, donde repartió 500 laris (unos 180 dólares) a las familias más necesitadas.
"En el noveno curso ya era jugador del Rubín (ruso) y tenía que hacer cuatro exámenes a distancia. La dirección de la escuela siempre accedió, ya que lo queríamos mucho. Sacaba muy buenas notas en todas las asignaturas, incluido física y química", explicó.
Recientemente, conoció a su novia, Nitsa, que le pareció "muy guapa, lista y bien educada".
"Le deseo muchos hijos tan buenos como él. Se merece tener una buena familia, tener una persona decente a su lado", comentó.
TODOS CON EL NÁPOLES
Es de la misma opinión la directora de la escuela que cuenta con un millar de alumnos, Marina Darsavelidze.
"Todos en la escuela sufrimos por Khvicha cuando juega. Es uno de los nuestros, somos con una sola familia", asegura sobre el futbolista al que conoce desde que ingresó en la escuela.
Asegura que todos valoran aún más sus cualidades humanas que las deportivas, al tiempo que no dudó en alabar a sus padres por cómo educaron a su hijo.
"Khvicha es muy bueno y, lo más importante, modesto y responsable. Toda nuestra escuela apoya ahora al Nápoles", aseguró.
Su hermano, Tornike, que está en el séptimo curso, también sueña con ser jugador profesional. "Es tan despierto e inteligente como su hermano mayor", dijo la profesora.
JUGAR CON EL REAL MADRID
Kvaratskhelia, cuyo precio se acerca cada día que pasa a los 100 millones de euros, regresó a Georgia para descansar y seguir el Mundial de fútbol, al que la selección de Georgia no se ha clasificado.
Aprovechando las vacaciones, asistió al partido de baloncesto entre Georgia e Italia con victoria para su país de adopción por la mínima (84-85).
Ahora juega en el Nápoles, pero, según volvió a admitir recientemente, su sueño es vestir la camiseta blanca y ganar la Liga de Campeones con el Real Madrid.
Va por buen camino, ya que ha marcado seis goles y repartido cinco asistencias en doce partidos con la escuadra napolitana en la liga italiana. Mientras, en la "Champions" anotó dos tantos y dio tres pases de gol.
"Le escribo en el messenger que debe seguir formándose. Él me responde que le enseñé tantas cosas que llegan para toda la vida", sentencia su profesora.