El Bayern fue a fichar a la oficina para sellar un día de trabajo más como otro cualquiera. Parece que la Bundesliga no presenta demasiados alicientes como la Liga de Campeones. Seguramente, las diez ligas consecutivas que acumula en sus vitrinas no ayudan a provocar excitación en unos jugadores acostumbrados a la victoria en su territorio.
Ante el Hoffenheim, una vez resuelto el partido en la primera parte, se relajaron, bajaron los brazos y jugaron a medio gas. Simplemente, se dedicaron a mantener el resultado hasta el bostezo con la capacidad suficiente para sostener los intentos de remontada de su rival con los ojo cerrados.
Aún así, el Bayern sí tenía algo de presión. Todavía en la estela del Unión Berlín, tenía que ganar sí o sí al Hoffenheim, cuyo buen inicio de curso ha generado esperanzas entre sus aficionados, que sueñan con regresar a una competición europea. Los hombres de Andre Breitenreiter, a cuatro puntos del líder antes del inicio de la undécima jornada, no podían fallar si querían mantenerse cerca de la primera plaza.
Breitenreiter no pudo contar con varios lesionados. Lucas Hernández, Manuel Neuer, Leroy Sané y Bouna Sarr, se quedaron fuera de la convocatoria. Además, dio descanso a Sadio Mané, que inició el choque en el banquillo. Sin los goles de Mané este curso (nueve en total) y los de Sané (diez), el Bayern no se vio afectado por esas ausencias. Otros se encargarían de suplir la falta de goles de dos de sus mejores jugadores.
El cuadro bávaro cimentó su victoria en la primera parte. Dominó casi todos los 45 minutos y, en los pocos momentos en los que bajó el nivel, el portero Sven Ulreich se encargó de frenar las intentonas del Hoffenheim.
Sobre todo, paró a Georginio Rutter, que tuvo un par de ocasiones claras. En una, mandó la pelota fuera tras un disparo desde dentro del área. En otra, se encontró con las manos salvadoras de Rutter, que después también se animó a sacar un disparo de Grischa Prömel.
Las opciones del Hoffenheim fueron un caso aislado dentro del dominio casi aplastante del Bayern, que cuando pisó el acelerador fue capaz de acabar con la resistencia de su rival. Con Joshua Kimmich muy inspirado, sobre todo recuperando balones, consiguió marcharse al descanso con dos goles de ventaja en el marcador.
El primero, lo marcó Jamal Musiala, que, tras un lanzamiento de córner, no desaprovechó un balón suelto dentro del área para inaugurar la cuenta. Y el segundo lo firmó Choupo-Moting, después de un robo de Kimmich en el centro del campo que culminó del delantero germano-camerunés.
Fue suficiente para el Bayern, que en la segunda parte se marcó una siesta de 45 minutos y cayó en la auto complacencia de la que a veces peca en la liga. Sin embargo, eso le bastó para llevarse los tres puntos frente a un rival incapaz de generar ocasiones peligrosas para ni siquiera recortar distancias. Al final, con menos oposición de la esperada, sin brillo pero con efectividad, el club bávaro se llevó tres puntos importantes para seguir cerca del liderato del que aún es dueño el Unión Berlín.
Ficha técnica:
0.- Hoffenheim: Baumann; Skov (Kaderabek, m. 62), Akpoguma, Kabak, Nsoki, Angeliño; Prömel (Stiller, m. 85), Geiger (Rudy, m. 85), Baumgartner (Kramaric, m. 61); Rutter y Dabbur.
2.- Bayern Múnich: Ulreich; Pavard, Upamecano, De Ligt, Davies; Coman (Mané, m. 61), Kimmich, Goretzka (Sabitzer, m. 70), Gnabry (Mazraoui, m. 77); Musiala (Gravenberch, m. 76) y Choupo-Moting (Tel, m. 70).
Goles: 0-1, m. 18: Musiala; 0-2, m. 38: Choupo-Moting.
Árbitro: Sven Jablonski. Mostró cartulina amarilla a Baumgartner (m. 33) y a Prömel (m. 68) por parte del Hoffenheim, y a Upamecano (m. 51) y a Kimmich (m. 61) por parte del Bayern Múnich.
Incidencias: partido correspondiente a la undécima jornada de la Bundesliga disputado en el Rhein-Neckar-Arena de Sinsheim ante cerca de 25.000 espectadores.