Aunque es habitual que las ciudades francesas instalen pantallas gigantes para seguir grandes acontecimientos internacionales como los mundiales de fútbol, estas cinco importantes urbes, gobernadas por coaliciones progresistas, harán una excepción en el torneo catarí.
El Ayuntamiento de París justificó su negativa a proyectar los partidos -en 2018 fueron en la plaza del propio Consistorio- por las condiciones laborales y medioambientales del Mundial de Qatar y por razones meteorológicas, pues entre noviembre y diciembre las bajas temperaturas parisinas dificultan actos al aire libre.
En una nota enviada a Franceinfo, la ciudad de Marsella tildó el torneo de "catástrofe humana y medioambiental", incompatible con los valores que debe transmitir el deporte.
Desde hace un mes, varias manifestaciones de descontento con el Mundial en Catar se han hecho públicas en Francia y algunos medios de comunicación, ONG y líderes políticos se han planteado la necesidad de boicotear esa competición.