En el clásico entre los dos grandes equipos del fútbol brasileño, el conjunto de Río de Janeiro aplicó la ley del mínimo esfuerzo y, sin buscarlo con demasiado ahínco, se llevó el triunfo gracias al tanto de Pedro en el inicio del segundo tiempo (m.52).
Flamengo cada vez se parece más al equipo que asombró al continente en 2019 bajo las órdenes del portugués Jorge Jesus. Ahora en el banquillo está sentado un entrenador brasileño curtido en mil batallas: Dorival Júnior.
Desde que asumió el cargo en junio pasado, el elenco carioca ha recuperado el ímpetu perdido y sigue soñando con repetir la final que el año pasado perdió de forma cruel ante Palmeiras.
Esta noche no marcó -por poco- 'Gabigol', pero sí Pedro, que lleva ya ocho dianas, hoy por hoy el máximo goleador de esta edición de la Libertadores; y volvió a aparecer la clase del mediapunta uruguayo Giorgian de Arrascaeta.
Flamengo, que encadena ya nueve partidos sin conocer la derrota, peleará por un puesto en la final ante un equipo argentino. Vélez Sarsfield y Talleres, los candidatos.
Corinthians, indolente en el Maracaná, acabó con un hombre menos tras la expulsión del uruguayo Bruno Méndez en el minuto 68 y se pudo marchar goleado de no ser por las paradas de Cássio.
Los del portugués Vitor Pereira se marchan a casa con una estadística preocupante. Hace cuatro años que no ganan como visitante un partido de Libertadores.
Flamengo economizó muy bien sus esfuerzos. El 0-2 de la ida le daba un cómodo colchón para afrontar el choque sin agobios. Aunque casi por inercia, se hizo dueño del balón.
Con De Arrascaeta fuertemente marcado, Everton Ribeiro tomó las riendas del cuadro rojinegro en el inicio junto a un aliado inesperado, Rodinei, que transitó sin oposición por el lateral derecho.
Corinthians se diluyó pronto, tras unos buenos primeros minutos del atacante Adson.
En el día en que cumplió 34 años, Willian mostró muy poco en el templo carioca. Quizá porque estaba renqueante de sus molestias; quizá por los rumores que le colocan de regreso en el fútbol inglés.
El equipo de Pereira no aprovechó el exceso de relajación de los locales y, además, se toparon con un excepcional David Luiz, que cortó por alto y por bajo todas las acometidas enemigas.
Necesitaba arriesgar el cuadro de Sao Paulo en la segunda mitad y así lo hizo.
Pero cuando empezaba a acosar el área de Santos, De Arrascaeta partió desde la izquierda, levantó la cabeza y metió un pase de lujo con el exterior de la bota para Pedro, que se estiró todo lo que pudo para estrenar el marcador.
Con Corinthians grogui, Cássio evitó el 2-0 con una buena atajada a disparo de 'Gabigol', que había recibido otro servicio brillante de De Arrascaeta.
Para complicar más las cosas, el equipo de Sao Paulo se vio en inferioridad desde el minuto 68, tras la expulsión, decretada por el VAR, de Méndez, que interceptó el balón con la mano cuando Pedro enfilaba el área sólo.
A partir de ahí, Flamengo, empujado por la afición, navegó con viento a favor y Dorival Júnior dio minutos a los menos habituales, entre ellos al centrocampista chileno Arturo Vidal, refuerzo de lujo para esta recta final de la temporada.
El cuadro de Río solo no acabó goleando por culpa de Cássio, que sostuvo como pudo a un Corinthians que deja la Libertadores por la puerta de atrás.
Ficha técnica:
1. Flamengo: Santos; Rodinei (m.83, Matheuzinho), David Luiz, Léo Pereira, Filipe Luís; Thiago Maia (m.75, Arturo Vidal), João Gomes (m.83, Diego), Giorgian De Arrascaeta; Everton Ribeiro (m.83, Victor Hugo), Gabriel Barbosa y Pedro (m.86, Éverton Cebolinha).
Entrenador: Dorival Júnior.
0. Corinthians: Cássio; Fagner, Bruno Méndez, Raul Gustavo, Fábio Santos; Du Queiroz, Fausto Vera (m.45, Renato Augusto), Roni (m.60, Giuliano); Adson (m.71, Fabián Balbuena), Yuri Alberto (m.59, Róger Guedes) y Willian (m.84, Gustavo Mosquito).
Entrenador: Vítor Pereira.
Goles: 1-0, m.52: Pedro.
Árbitro: el uruguayo Esteban Ostojich amonestó a Léo Pereira, Raul Gustavo y expulsó a Bruno Méndez (m.68).
Incidencias: partido de vuelta de cuartos de final de la Copa Libertadores, jugado en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.