El proyecto está liderado por un viejo conocido del fútbol femenino, el brasileño Marcello Frigério, a quien lo avalan tres décadas de experiencia en diferentes equipos del mundo y que ha marcado con su sello el destino de la Albirroja.
En el torneo, el estratega y sus dirigidas llegaron a las semifinales tras una difícil fase de grupos en la que perdieron en su debut 4-2 con Colombia, pero levantaron cabeza y vencieron 3-2 a Chile, 2-0 a Bolivia y 1-2 a Ecuador.
Justamente en ese último partido de la ronda inicial demostraron su valía, pues además del talento en ataque de Martínez, Gauto y Fernández, el equipo encontró respaldo en el trabajo de las defensoras María Martínez y Verónica Riveros, que aguantaron la arremetida de la Tri.
EVOLUCIÓN
Para Frigério, "Paraguay evolucionó mucho" porque "clasificar a las semifinales demostró un crecimiento grande". La Albirroja solo había jugado la fase final del torneo en una de sus seis participaciones, en la edición de 2006 que fue cuarta.
"Ganarle a Chile, la subcampeona, y poder ganarle también a una selección bien trabajada como es Ecuador es un avance. Este equipo de Paraguay es muy especial, estas chicas crecieron juntas, jugaron juntas desde pequeñas", expresó.
Y es que sin ir más lejos, en la edición anterior de la Copa América Femenina, el equipo que era dirigido por Rubén Subeldía fue eliminado en la fase de grupos por Colombia y Chile.
No obstante, de ese equipo hoy quedan jugadoras que continuaron con el proceso y se convirtieron en figuras en la Copa América de Colombia, como es el caso de la portera Alicia Bobadilla, las volantes Jessica Martínez y Fabiola Sandoval, y la centrocampista Fanny Godoy, quienes han mostrado en cancha la experiencia adquirida en los últimos cuatro años.
EQUIPO UNIDO
Como resultado de sus buenas actuaciones, las paraguayas aseguraron su clasificación a los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y, como mínimo, ir la repesca del Mundial que se disputará en Nueva Zelanda en febrero del año entrante.
Buena parte del éxito, aseguran las jugadoras, es producto de la unión mostrada por el grupo a lo largo del torneo. Tras la derrota con Brasil, un partido en el que además el equipo aguantó la arremetida de la Canarinha, Paraguay compartió la cena en el vestuario y las jugadoras destacaron lo hecho en las semifinales.
"Tenemos un paso más, no está nada perdido, no está nada perdido. Tendremos revancha, el fútbol te da eso, revancha (...) No encuentro palabras para expresar el orgullo que siento", expresó la veterana Verónica Riveros, que juega en el San José brasileño.
Así pues, la Albirroja se jugará la gran oportunidad de clasificar directamente al Mundial ante Argentina. La esperanza está depositada en el recorrido hecho durante el torneo y en el talento de Gauto, Martínez y Fernández, que harán lo que haga falta para llevar a lo más alto la bandera de su país.