“Tras una negociación amistosa, el Guangzhou Evergrande decidió poner término al contrato de Fabio Cannavaro”, escribe el club en la red social Weibo. “Agradecemos profundamente a Fabio Cannavaro sus inmensos esfuerzos y su contribución positiva al club, y le deseamos lo mejor en la continuación de su carrera” , añade el club.
El campeón del mundo italiano, que regresó en 2017 al club al que ya había entrenado en la temporada 2014-15, ya tenía su continuación en peligro tras no haber ganado el campeonato chino la temporada pasada. Pero las dificultades de Evergrande, gigante de la industria inmobiliaria, con grandes deudas, ponen también en peligro al propio club.
El segundo mandato de Cannavaro estuvo marcado por un título de campeón de Super League (primera división) en 2019. Un balance modesto con respecto a los medios financieros y al palmarés del Guangzhou FC, múltiple campeón de China (sin interrupción de 2011 a 2017) y doble ganador de la Liga de Campeones de Asia (2013, 2015).
Fabio Cannavaro, 136 partidos internacionales con la selección italiana entre 1997 y 2010, ganó el Balón de Oro en 2006, meses después del cuarto título mundial de Italia. El defensa se retiró en 2011. Según la prensa china, Fabio Cannavaro tenía un salario anual de 12 millones de euros (14 millones de dólares).
También según diversas informaciones, el grupo Evergrande acumula una deuda de 260.000 millones de euros (304.000 millones de dólares) y tiene dificultades actualmente para cumplir sus compromisos. El futuro del Guangzhou FC es una incógnita. La prensa china habla de negociaciones en curso para una eventual toma del club por una entidad gubernamental o una empresa pública.
La fragilidad financiera de los clubes chinos es una constante últimamente. A principios de 2021, el Jiangsu FC, actual campeón, había desaparecido, debido a las dificultades económicas de su propietario, el conglomerado Suning. Otros clubes más modestos siguieron el mismo camino en los diferentes campeonatos chinos.