La bandera de San Jorge ha sido símbolo de Inglaterra y de la ciudad de Londres desde finales del siglo XII, pero la primera vez que se menciona como tal es en el Anuario de Génova en 1198, cuando la ciudad italiana todavía era una república independiente.
Existen muchas teorías sobre el origen de la relación entre Inglaterra y San Jorge, aunque la más extendida se remonta al reinado de Ricardo Corazón de León, quien se cree que pagó una cuota anual al Dux de Génova para adoptar sus símbolos (bandera y patrón) y así lanzar barcos al Mediterráneo con la "protección" de la flota genovesa.
Aunque, con los años y la creación de la Union Jack como símbolo de Reino Unido, la bandera de San Jorge cayó en el olvido y, al igual que ocurre en España con la bandera franquista del águila, o en Estados Unidos con la confederada; la extrema derecha inglesa se apropió de ella como símbolo de la "pureza inglesa".
Algo que el vexilólogo inglés Graham Bartram califica en una entrevista con Efe como una "completa tontería", puesto que a pesar de ser el patrón de Inglaterra (también de Cataluña y Aragón, entre otros), San Jorge no es inglés, pues nació en Turquía, y ni siquiera se tiene constancia de que pisase la isla en algún momento de su vida.
Es por este motivo que en el estadio de Wembley, durante la final del Mundial de Fútbol de 1966 entre Inglaterra y Alemania, los seguidores ingleses celebraron la victoria del equipo local con la Union Jack, y apenas se podían ver banderas blancas y rojas.
Esto fue así hasta hace veinticinco años, con la Eurocopa de 1996, también celebrada en Inglaterra. En esa ocasión, el eslogan rezaba "Football Comes Home" (El fútbol vuelve a casa), pero no fue lo único que regresó.
La suerte quiso enfrentar a Inglaterra y a Escocia, por lo que, de seguir usando la Union Jack -que contiene el llamado Saltire escocés, o cruz de San Andrés-, también apoyarían al rival; por lo que los seguidores del "equipo de la rosa" tuvieron que buscar un nuevo símbolo, y decidieron sacar del desván la bandera de la cruz de San Jorge.
Según Bartram, este evento recordó a la sociedad inglesa "que tenía dos banderas y que podían usar ambas" y la de la cruz de San Jorge comenzó a perder su cariz político y sus connotaciones negativas para renacer como el emblema deportivo de la nación.
Por este motivo, el escritor y periodista Tim Marshall asegura a Efe que "la única cosa que liberó a la bandera inglesa fue el fútbol, y desde entonces se ha recuperado, pero hasta ese momento casi había desaparecido del país".
Un cuarto de siglo después, y sobre el mismo escenario de Wembley, Inglaterra se vuelve a enfrentar a Escocia este viernes en la fase de grupos de la Euro 2020, y en el primer encuentro de la era pos-Brexit.
Inglaterra y Escocia han hecho patentes sus diferencias desde tiempos inmemoriales, y Bartram asegura que, en el Reino Unido, los partidos de fútbol son como "antiguos combates tribales", que sacan a la luz las grietas de la sociedad británica.
Wembley presenciará este viernes como ambas naciones hermanas "se gritan, se insultan y se dedican canciones estúpidas", dice el vexilólogo, mientras los escoceses ondean la bandera blanca y azul de San Andrés, y los ingleses la suya blanca y roja de San Jorge, que vivirá un "déjà vu" del momento en el que renació.