El jugador y el club aceptaron las sanciones, que serán por lo tanto ejecutadas. El congoleño no podrá volver a jugar con el club alemán antes del 11 de septiembre. Desde su llegada al Stuttgart se le conocía como Silas Wamangituka. El atacante autor de once tantos en la última temporada contó que ha jugado con una identidad falsa debido a la manipulación de su anterior agente.
El tribunal de la DFB aceptó como circunstancias atenuantes que fue el propio jugador el que desveló el asunto y, sobre todo, que la falsificación de identidad no se hizo para obtener un derecho de residencia mediante fraude. Según las explicaciones del club, el joven fue víctima de las maniobras de su antiguo agente, que de facto le puso bajo su tutela, confiscando sus papeles y gestionando su dinero.
El cambio de identidad se debía aparentemente a hacerle cortar con ciertos contactos de su país africano de origen y a hacerle vulnerable al chantaje. La auténtica identidad del futbolista no le hubiera impedido obtener sus permisos de residencia en Europa.
El Stuttgart conoce la identidad del agente que organizó esta manipulación pero no se plantea hacerla pública “para proteger” a su jugador. “He vivido en los últimos años con angustia permanente y me he preocupado mucho por mi familia en el Congo”, contó el jugador. “Hacer pública mi historia ha sido un paso difícil para mí”, señaló.
Tras su buena temporada en la última Bundesliga, que permitió al Stuttgart terminar noveno, el jugador de 22 años ha visto incrementarse su valor de mercado. Había sido fichado al París FC (2ª división francesa) por 8 millones de euros (9,6 millones de dólares) y vale hoy 25 millones de euros (30,2 millones de dólares), lo que le convierte en el jugador potencialmente más caro de su club.