“La suspensión está confirmada”, aseguraron dos fuentes a la AFP. El club de la capital había presentado un recurso ante el CNOSF, que podía nombrar un conciliador y levantar temporalmente la suspensión de los dos jugadores, y permitirles por tanto jugar.
LA FINAL
El día de la reapertura de las terrazas de los bares en el país, el miércoles (19h15 GMT), la final de la Copa de Francia opone a dos clubes con sed de gloria: el París SG y el Mónaco, que pueden todavía lograr el doblete, al tener opciones de título de la Ligue 1, como perder todo en cuatro días.
El azar del calendario ha hecho coincidir este partido con el inicio del final de las restricciones sanitarias en Francia. Tras un invierno dominado por la pandemia de covid-19, los franceses podrán de nuevo tomar una copa en el bar o ir al cine... pero no reunirse para ver el PSG-Mónaco, debido al toque de queda a las 21h00 locales (19h00 GMT).
Curiosamente, el lugar del partido, el Stade de France, es un centro de vacunación desde el 7 de abril. Parisinos y monegascos se encuentran por tanto en el centro de una actualidad desbordante y un fin de temporada palpitante, para un partido tan esperado como temido por ambos equipos, que tienen mucho que perder.
Sobre todo París, que olvidó sus viejas costumbres. Sin contar el honorífico Trofeo de Campeones (Supercopa de Francia) que ganó en enero contra Marsella (2-1), el PSG corre el riesgo de terminar la temporada sin título mayor, por primera vez desde 2012.