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Un milagro, así también lo considera Alan Ruschel, el primer sobreviviente de la tragedia de Chapecoense que llegó al Arena Condá. El jugador habló con la prensa y contó lo que recordó del momento del accidente: "Cuando llegamos a Santa Cruz de la Sierra, antes de subir al avión, Cadu me pidió que me sentara más adelante. Yo estaba sentado atrás, pero él quería dejar a los periodistas en el fondo. Al principio, no quise moverme. Pero ahí, Follmann (otro sobreviviente) me insistió para que me sentase con él. Y ahí dejé mi lugar y fui. Esa es la parte que recuerdo después, estaba mi esposa Marina hablándome en el hospital", contó.
"La única explicación es la de los milagros, el de estar vivo y el de estar andando", continuó el defensor. Ruschel agradeció el trato que recibió en Colombia y a todas las personas que acompañaron los momentos posteriores a la tragedia. "Haré de todo para volver a jugar al fútbol. Calculé tres meses para calcificar la columna y ya pasó uno", puntualizó emocionado. En llanto, manifestó que "no existen palabras para contar lo que estoy sintiendo. Es una mezcla grande de sentimientos, una alegría por estar aquí de nuevo pero al mismo tiempo un luto por haber perdido tantos amigos".