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La última vez que los jugadores de General Díaz percibieron sus respectivos salarios fue en noviembre de 2019. Desde entonces, el club no abonó el sueldo del plantel, que recurrió a otras labores para tener ingresos y enfrentar la crisis. Un ejemplo es Marcos Gamarra, quien trabajó en albañilería a la par de un negocio de venta de empanadas mientras entrenaba y jugaba en la primera división del fútbol paraguayo.
La pandemia del covid-19 agravó la situación y obligó a Gamarra a depender únicamente de la comida. Después de reclamar en varias oportunidades y recibir ayuda de otros colegas (dinero de los jugadores de Cerro Porteño y víveres de los futbolistas de Nacional, entre otros) el sufrimiento terminó el viernes gracias a una gestión de la Asociación Paraguaya de Fútbol. El organismo destinó, del programa Evolución, 300.000.000 de guaraníes a cada club para el pago de salarios.
Los primeros en cobrar fueron los futbolistas de las Águilas y Sportivo Luqueño. “Ya me depositaron”, comentó Gamarra a ABC Cardinal. “Vendo cien empanadas por día”, revela el zurdo, que agrega que continuará con la venta cuando retorne el torneo Apertura. “Jugar al fútbol no me va a impedir hacer esto. Voy a seguir con esto mientras se pueda. Y el día que yo no esté, estará la familia”, mencionó.
Gamarra, quien jugó también en Deportivo Capiatá, Independiente CG, Sportivo Luqueño y 12 de Octubre, señaló que un accidente de tránsito fue causante de una larga lesión cuando estaba en el Auriazul. “Reventó mi cubierta y fui a caer en la canaleta. Veníamos de Itá y nos agarró una tormenta. Sentí un corte en el pie, caminé unos pasos y luego caí. Se me habían soltado los tendones”, culminó.