Cargando...
Paraguay debía afrontar en la madrugada de este lunes su tercer y último partido por la fase de grupos del Mundial de Fútbol Playa de Tahití 2013. El rival de turno era nada más y nada menos que la última campeona mundial de la disciplina, Rusia.
El representativo nacional necesitaba de una victoria a como dé lugar para poder conseguir la clasificación a los cuartos de final debido a que Japón –que nos había ganado en la segunda fecha- derrotó a Costa de Marfil en el primer turno en tiempo de alargue.
“Los Pynandi” debían ganar en tiempo normal, pues una victoria en suplementario o desde el punto penal dejaría fuera al equipo paraguayo.
La intención paraguaya era tratar de aguantar esos minutos iniciales que tanto nos habían complicado en los partidos anteriores. Sin embargo, a poco de alcanzar el segundo minuto de juego, Benítez cometió una falta sobre un jugador ruso.
Peremitin se encargaría de la ejecución para abrir el marcador a favor del equipo ruso. Era el 1-0 a favor de los europeos.
Paraguay trató de salir a generar llegadas de peligro sobre el arco rival, pero el equipo ruso conseguía resistir gracias al buen trabajo de su hombre de defensa y también porque a la Albirroja le faltaba más claridad.
Ambos equipos generaron algunas posibilidades que podrían haber hecho variar el marcador, pero el balón terminaba afuera o los arqueros reaccionaban bien. Así pasaría el primer período.
En el segundo período, Paraguay comenzaría saliendo a buscar el empate pero otra vez tendría que recibir un golpe tempranero. Antes siquiera de que se cumpliera el minuto de juego, el árbitro cobraría un tiro libre directo a favor de los rusos en las cercanías del arco paraguayo.
Los componentes del equipo nacional reclamaron que el europeo había simulado la falta, pero el árbitro ya había tomado una decisión. Makarov se encargaría de la ejecución y otra vez Fernández sería vencido poniéndose Rusia 2-0 arriba.
Los Pynandi trataban de generar llegadas sobre el arco ruso, pero el equipo no conseguía encontrar el nivel necesario para pensar en una remontada.
Hasta que en el minuto 15, uno de los árbitros cobraría simulación a Pereira y un tiro libre a favor de los europeos. Esta vez sería Shishin el encargado de la ejecución que otra vez se convertiría en gol. Era ya el 3-0.
La Albirroja trataba de generar posibilidades para acortar diferencias. Herrera recibiría la pelota resistiría la marca, giraría y remataría fuerte pero el arquero ruso reaccionó bien y desvió el tiro en dos oportunidades.
A cuatro minutos del fin del período, Morán armaría una gran jugada y terminaría metiendo el pase para Amarilla que definió anotando el descuento para la Albirroja. Era el 3-1 y una veta de esperanza se abría.
Los albirrojos comenzarían a buscar con insistencia un segundo gol que estuvo a punto de llegar en más de una oportunidad, pero las buenas actuaciones del arquero ruso o la falta de suerte a la hora de la definición evitaron que llegara. Sin embargo, Paraguay cerró el segundo período con una actitud totalmente diferente.
En el tercer y último período, sobre el inicio apenas del juego, una jugada terminó con el balón perdiéndose de manera increíble afuera cuando parecía que llegaba el segundo gol paraguayo.
Cuando se había llegado al minuto 27 del partido, el árbitro cobró un tiro libre directo a favor de Paraguay. Morán se encargó de la ejecución para poner a los Pynandi a tiro de empate con un violento remate. Era el 3-2 y la esperanza paraguaya crecía un poco más.
Paraguay se haría dominador del trámite del partido. Llegaron varias oportunidades para el gol, pero el caprichoso esférico se negaba a entrar entre los tres palos del arco ruso.
Desde las gradas, el público local decidió adoptar a nuestra selección como la suya y cada vez que los rusos tenían oportunidades o que los árbitros tomaban alguna decisión contra la Albirroja baja una silbatina generalizada.
El tiempo se le iba terminando a Paraguay y con él, las posibilidades de una clasificación.
Cuando faltaba poco más de un minuto de juego, Morán llevó la pelota y cayó ante la salida del arquero ruso. Los paraguayos y el público reclamaron penal, pero el árbitro entendió que era simulación del compatriota y dio un tiro libre de mediocampo para los rusos.
El desacuerdo no se hizo esperar no solo por parte de los jugadores sino también del público presente en el Estadio To’ata. La ejecución fue desperdiciada por los europeos.
A falta de segundos para el final del encuentro, uno de los árbitros cobraría penal a favor de Paraguay. Morán se encargó de poner el empate. Era el 3-3.
Cuando se tenía que reiniciar el encuentro, ya quedaban apenas ocho segundos que los europeos quemaron haciendo picar la pelota hacia atrás.
Con el marcador empatado, había que ir al alargue que a Paraguay le servía solo para el honor pues en caso de conseguir una victoria en el suplementario el representativo nacional habría quedado empatado en puntos con Japón, pero los asiáticos clasificaban por haberse impuesto a nuestro equipo.
Ya en el alargue, Shishin se volvería a hacer sentir para anotar un nuevo gol a favor de los europeos.
Paraguay fue un duro hueso de roer para el último campeón mundial, Rusia. Los Pynandi cayeron derrotados en tiempo de alargue y quedaron eliminados de su primer mundial de fútbol playa.