Con pancartas, banderas, camisetas de colombia y cánticos en favor del cucuteño, los compatriotas del nuevo '10' del equipo merengue hicieron sentir como en casa al máximo goleador del Mundial de Brasil 2014 con una verdadera 'fiebre amarilla'.
Los colombianos presentes en las gradas del Bernabéu no escatimaron en aplausos y gritos para dar la bienvenida a James al viejo estadio de Chamartín.
De hecho, a las afueras del palco de honor del Santiago Bernabéu, antes de la presentación, la expectación ya era grande, tanto como el amor y la alegría que se veía en el rostro de muchos compatriotas de James, que se mostraban felices y emocionados de tener a un colombiano, nuevamente, vistiendo la camiseta del equipo que ha ganado más veces la Copa de Europa.
En el rostro de los más jóvenes también se reflejaba la ilusión de poder ver al exjugador del Mónaco pateando por primera vez un balón en el Santiago Bernabéu.
Los niños presentes en el estadio y fuera de él se mostraron felices de que su ídolo llegara al equipo más laureado del mundo.
Tras su presentación vestido con un traje, saltó al campo con la camiseta blanca y mostró algo de su magia como jugador con algunos toques de balón ante su nuevo público, cumpliendo su sueño.
Incluso regaló balones a la grada, de donde saltaron dos aficionados colombianos que fueron reducidos por la seguridad del estadio, pero James pidió que no los lastimaran y, además, les entregó un balón.
El joven tímido que salió de las divisiones inferiores del Envigado de su país no pudo esconder la felicidad que le dio ver tantos compatriotas en las gradas del Bernabéu, y más aún cuando estos cantaron el himno de su país.
Después de que los gritos con la letra del himno cafetero bajaran de las gradas y hasta el campo, una sonrisa se dibujó en el rostro del jugador, quien prometió, en su primera intervención como madridista, dar “muchas alegrías” y “ganar muchos títulos”.