Chávez y el secretario ejecutivo de la FBF, Alberto Lozada, fueron detenidos el viernes a pedido de la Fiscalía en la ciudad de Sucre (sureste) y este domingo tenían que ir a una audiencia de medidas cautelares, la que se suspendió a pedido de la defensa, por dudas en la imparcialidad del juez. “La Federación Boliviana de Fútbol ha denunciado formalmente esta violación a los derechos y a la libertad de su presidente y secretario ejecutivo ante la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) y ante la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol)”, informó la FBF en un comunicado enviado este domingo a la AFP .
Acotó que “extremará todos sus esfuerzos por evitar sanciones para el fútbol boliviano, siempre y cuando se garantice a nuestra dirigencia un debido proceso y se puedan reparar los daños perpetrados a su integridad y dignidad personales”. La FBF precisó que Bolivia “ha incurrido, de facto, a través del Ministerio Público, en un acto de inadmisible injerencia a los asuntos institucionales del fútbol boliviano”.
Los dirigentes señalaron tiempo atrás que cualquier intervención al fútbol del país provocaría sanciones de las organizaciones internacionales de este rubro. El presidente de la FBF está sindicado por la Fiscalía General de organización criminal, legitimación de ganancias ilícitas, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, delitos tributarios y estafa con la agravante de víctimas múltiples.
En las indagaciones del Ministerio Público figuran unos 40 dirigentes del fútbol boliviano, según aseguró en los últimos días el fiscal general, Ramiro Guerrero. La Fiscalía abrió sus investigaciones el mes pasado, tras el escándalo de corrupción que involucró previamente a altos ejecutivos de la FIFA. En las denuncias se mencionó a Chávez de haber recibido un soborno de 7,5 millones de dólares.
La Fiscalía utilizó también la denuncia de otro dirigente deportivo, sobre una supuesta apropiación de dinero que habría realizado Chávez, de la recaudación que dejó un amistoso de fútbol, jugado en 2013, entre las selecciones de Bolivia y Brasil. Chávez aseguró en la víspera que su detención el viernes es un “golpe de estado” contra el fútbol boliviano, mientras que Lozada anunció que personeros de la FIFA y la Conmebol llegarán al país andino en su ayuda.
Sobre la acusación de la Fiscalía, la entidad deportiva indicó en su comunicado que ésta “no cuenta con argumentos de sustentación como para haber dictaminado el apresamiento de nuestros dirigentes”.