Alojados en Roma desde su goleada ante San Marino (8-0) el viernes en partido de clasificación para el Mundial-2018, los alemanes fueron recibidos en audiencia privada durante la mañana del lunes por el Papa, al que obsequiaron con una camiseta firmada y enmarcada.
El pontífice argentino, gran aficionado al fútbol, evocó “el espíritu de equipo” de los jugadores alemanes, según un comunicado del Vaticano. El Papa aludió a su “responsabilidad más allá de los terrenos de juego, sobre todo hacia los jóvenes que a menudo os toman como referentes”.
Esta audiencia es “para cada jugador y para nosotros una oportunidad extraordinaria”, había declarado antes del encuentro el seleccionador Joachim Low. El director del equipo, Oliver Bierhoff, había indicado que todos los jugadores, incluso los musulmanes como Gundogan y Mustafi acudirían a la recepción. “Los jugadores tienen una mentalidad abierta. Una visita al Vaticano no está ligada necesariamente a la fe o a la pertenencia a una religión", explicó Bierhoff.
El defensa central Benedict Howedes bromeó con la victoria de Alemania ante Argentina en la final del Mundial-2014. “Tengo curiosidad por saber si nos quiere. Seguro que está contento de saludar a los campeones del mundo”, declaró antes de añadir que es “un gran honor” para ellos.