En un choque en el que el aspecto deportivo pasó a un segundo plano, la memoria de Sala estaba omnipresente. “Fue un guerrero sobre el terreno de juego además de ser muy amable fuera de él”, explica Nathalie, una aficionada que depositó unas flores amarillas, del color del club, sobre el memorial compuesto por fotos, banderas y dibujos delante del estadio.
En honor del delantero argentino, cuyo cuerpo sin vida fue identificado el jueves, el club decidió vender las entradas contra el Nimes al precio simbólico de 9 euros, el dorsal del jugador. El cántico en su honor, “Emiliano Sala, es un argentino, no abandona nunca”, resonó al inicio del partido.
En un estadio repleto, los recuerdos a Sala estaban hasta en el último rincón. “Era alguien sencillo (...) defendía los valores que nos gustaría ver en el fútbol profesional” , explicó Aubin Dubuche, un joven aficionado de 21 años, alabando las cualidades humanas de Emiliano Sala.