Cuando el Gumarelo cortó una maldición de 21 años

El domingo 17 de octubre de 1976 Libertad rompía el maleficio que duró 21 años sin ganar campeonatos. Esa noche, en el estadio Defensores del Chaco, el Gumarelo derrotaba a Cerro Porteño, por 2-0, en polémica final y daba la vuelta olímpica.

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Cerro y Libertad llegaron a la última fecha igualados en 36 puntos y debían enfrentarse entre sí, en gran definición de campeonato. Y la desastrosa actuación del arquero cerrista, el argentino Marcelo Spessot, quien facilitó los dos tantos del rival, dio pie para todo tipo de comentarios. Para la opinión pública, en su mayoría, los liberteños lograron la conquista “por decreto” debido a que el entonces presidente de la República, el dictador Alfredo Stroessner, era hincha confeso del Gumarelo.

Pero la verdad fue que Libertad logró completar un gran plantel. Además de lograr incorporaciones de gran nivel conservó a los mismos jugadores que en torneos anteriores fueron protagonistas. 

Durante la semana previa a la definición se tejieron todo tipo de especulaciones. El mundo futbolístico estuvo convulsionado. Los hinchas del Ciclón decían que Libertad sería campeón “por decreto”, mientras que los seguidores del Gumarelo aseguraban que Cerro había ganado varios partidos recurriendo al soborno.

A los cinco minutos de juego, un centro desde la derecha ejecutado por Emigdio dos Santos se le escapó increíblemente al golero Marcelo Spessot, que fue aprovechado por Apolinar Paniagua para anotar el primer tanto. Y cerca del final se produjo otra monumental falla del golero argentino, al cometer un penal innecesario ante Paniagua, posibilitando al Gumarelo la segunda conquista. La pena máxima fue ejecutada por el mismo Paniagua, estableciendo el definitivo 2-0, para que Libertad rompa el hechizo sin títulos que tuvo 21 años. Libertad desde 1955 no conocía la satisfacción de dar una vuelta olímpica. La final dejó en boletería la suma de 5.861.900 guaraníes por 36.147 pagantes, aunque en el estadio había más de 40.000 aficionados.

Los héroes de aquella noche fueron: Alcides Báez, Juan Espínola, Eduardo Villalba (el mismo que estuvo de técnico hasta hace poco), Ricardo Tavarelli, Braulio Bernal, Arecio Colmán, Carlos Huespe, Eugenio Morel, Emigdio Dos Santos, Apolinar Paniagua y Juan Ramón Ocampos. Luego ingresaron Brítez y Pedro Nelson Fleitas. También descollaron en la temporada Milciades Morel, Alberto Benítez, los hermanos Estanislao y Francisco Franco, Cristóbal Maldonado, José Félix Orrego, Bernardo Benítez, Nelson Egger, entre otros. El equipo fue dirigido por Ramón “Moncho” Rodríguez.

 

 

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