Fluminense, a dos puntos del Coritiba, equipo que actualmente ocupa la última plaza que garantiza la permanencia, podría protagonizar una de las paradojas más peculiares en la historia del balompié brasileño, ya que, tras ganar la competición la pasada temporada, podría descender el año que pretendía defender el título.
Tras una temporada de altibajos que terminó con la destitución de su técnico, el exentrenador del Real Madrid Vanderlei Luxemburgo, Fluminense disputará su partido como visitante frente al Bahía en Salvador.
El Bahía, que ya no se juega nada, tiene fama de dar la puntilla a los conjuntos que buscan la salvación en las últimas fechas del campeonato.
A dos puntos de la salvación, Fluminense no solo dependerá de una victoria propia sino que deberá esperar que hasta dos de los otros equipos en la cuerda floja pierdan sus partidos, ya que incluso el empate de los rivales podría ser insuficiente en la mayoría de las combinaciones.
También como visitante y frente a un Atlético Paranaense que se juega su clasificación para la próxima Libertadores, el Vasco da Gama luchará por vencer a domicilio y mantener sus opciones intactas.
Vasco da Gama llega a la última jornada a un punto del decimosexto clasificado, que marca el horizonte de la permanencia.
El conjunto de Río de Janeiro tampoco depende de sí mismo sino que debe esperar la derrota de al menos uno de los otros cuatro equipos amenazados, algo que también podría no ser suficiente en algunos casos por la diferencia de goles.
Sin embargo el equipo podría salvarse con el empate de dos de los otros implicados, Criciuma y Coritiba, siempre que los cariocas derroten a Atlético Paranaense.
Entre el resto de equipos amenazados, Portuguesa, tres puntos por encima del descenso y con la diferencia de goles a su favor, tiene todo a su favor para no terminar la jornada como equipo de segunda y disputar la primera división brasileña una temporada más.
El Internacional, también tres puntos por encima del descenso pero con peor diferencia entre goles anotados y encajados, deberá afrontar un partido teóricamente fácil frente al Ponte Preta, ya descendido, en el cual un empate salvaría matemáticamente al conjunto de Porto Alegre.
Por su parte, Criciúma afronta el partido a priori más complicado, frente a un Botafogo al que solo le vale vencer para obtener una de las plazas que dan opción de jugar la Copa Libertadores en la próxima temporada.
Dos puntos por encima del descenso y con el peor saldo de goles de entre todos los implicados en la pugna por evitar la segunda categoría, el empate podría no ser suficiente si dos de los equipos que están por debajo en la tabla de clasificación vencen en sus encuentros.
Por último, Coritiba, un punto por encima del descenso, disputará un encuentro en teoría fácil frente al Sao Paulo, que ya no se juega nada, y ante el que intentará sellar su permanencia en la primera división brasileña.