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En el Mundial asiático, Paraguay pasó de milagro la fase de grupos, en una noche iluminada de Nelson “Pipino” Cuevas, quien al ingresar ante Eslovenia, en los últimos 30 minutos del partido, marcó dos goles que fueron el pilar de la remontada final, de 3-1, teniendo en cuenta que la Albirroja se encontraba perdiendo 1-0 al término de la primera etapa.
A Paraguay le esperaba, en la fase de octavos de final, la selección de Alemania, para disputar por un cupo a los cuartos de final. Según la prensa especializada que estaba presente en el Mundial, aquel equipo alemán era uno de los más mediocres de toda su historia. Sin dudas, esa situación y la gran actuación de Pipino en el partido ante los “vikingos” acrecentaban las posibilidades de clasificación.
Se daba por descontado que Nelson Cuevas sería titular ante los germanos. Pero Cesare Maldini no se enteró de la gran oportunidad ante los teutones, ni del rendimiento emergente del delantero, que en aquel momento militaba al River Plate Argentino.
Pipino se quedó en el banco, y Maldini hizo caso omiso a los gestos parlantes del arquero José Luis Chilavert, que pedía el ingreso del atacante ya desde el inicio mismo del segundo tiempo. Oliver Neuville puso en ventaja a Alemania sobre los 88 minutos del partido y recién en ese momento a Maldini se le antojó hacer ingresar a Pipino (a los 90’), pero ya era tarde para intentar la patriada. Así, Paraguay quedó eliminado de Corea-Japón y la estadía de Maldini al frente de la Albirroja concluyó de la forma más grotesca posible.