Ante la justicia tras una noche detenido, Paul Mitchell, de 27 años, no explicó su acto. “No puede explicar lo que le pasó, su idiota intención inicial era saltar al campo y luego volver a la masa”, señaló su abogado.
Fue condenado a 14 semanas de prisión y a 10 años de prohibición de acudir a los estadios en Gran Bretaña. El domingo en el St Andrew’s Stadium, Grealish estaba en el área del Birmingham City cuando el aficionado invadió el terreno de juego para asestarle un puñetazo por detrás cuando solo se habían disputado 10 minutos de juego.
El capitán del Aston Villa se fue al suelo, mientras sus compañeros Glenn Whelan y Tammy Abraham acudieron en su defensa, y Grealish pudo continuar el partido. El agresor fue detenido por la policía, mientras que Grealish se rehízo y marcó el gol de la victoria en el campo del Birmingham City (1-0).
El capitán saltó a las gradas donde estaban los aficionados del Villa y se abrazó con ellos, ganándose la tarjeta amarilla. El futbolista publicó este lunes un comunicado: “No puedo evitar sentirme afortunado, podría haber sido mucho peor si el aficionado hubiera tenido un arma”.
El incidente ha provocado un aluvión de reacciones en Gran Bretaña, en un día en el que además, durante el duelo entre el Arsenal y el Manchester United en el Emirates Stadium, un aficionado entró al terreno de juego pasando muy cerca de Chris Smalling, pero sin agredirle.
“Es totalmente repugnante, si no lo erradicamos ahora, la próxima vez podría ser un cuchillo. Las autoridades del fútbol deben castigar al Birmingham por el comportamiento de sus aficionados, ya sea la retirada de puntos, jugar en un estadio vacío, lo que sea”, señaló la leyenda Alan Shearer en su crónica en The Sun.
“Vergonzoso y criminal”, señaló el presidente del sindicato inglés de jugadores (PFA) Gordon Taylor. “Hemos constatado un aumento de estos comportamientos esta temporada. Hablamos de insultos racistas, antisemitas y ahora miedo por la seguridad real de los jugadores”, añadió.
La ministra británica de Deportes Mims Davies reclamó que “las autoridades del fútbol y los clubes tomen medidas enérgicas”.
Los Blues de Birmingham se disculparon inmediatamente por el comportamiento de su aficionado, prometiendo un castigo severo. “Lamentamos el comportamiento del individuo que ha cometido este acto y tengan por seguro que será expulsado de St. Andrew’s de por vida”, escribió el Birmingham City.
La Liga Inglesa (EFL) condenó “las acciones inconsideradas del individuo” y se comprometió a trabajar con la Federación Inglesa (FA) “para tratar la cuestión de la seguridad de los jugadores y de los árbitros en el campo”. La FA señaló por su parte que “se tomarán las medidas apropiadas”.
“El límite en lo que concierne al comportamiento de los aficionados se ha superado”, añadió la FA este lunes, añadiendo que “ha escrito al Birmingham City y al Arsenal para conocer sus apreciaciones y examinar sus medidas de seguridad”.
El derbi de la segunda ciudad (del Reino Unido) entre los dos conjuntos de Birmingham es uno de los más violentos del país, con frecuentes desbordamientos. El domingo por la mañana grupos de aficionados se enfrentaron en las calles antes de que interviniera la policía.
La agresión a Grealish es la tercera de este tipo en el Reino Unido en las últimas semanas. El viernes el capitán del Glasgow Rangers, James Tavernier, fue atacado por un aficionado del Hibernian durante un partido en Edimburgo. Una semana antes aficionados del Hibernian lanzaron una botella de vidrio a un jugador del Celtic que se disponía a sacar un córner.