Ante esto, muchos equipos se verían obligados a realizar una “limpieza” de sus plantillas, para reducir el número de extranjeros o a tomar otro tipo de determinaciones, como la realizada por el Shanghai Shenhua, dueño del pase del paraguayo Óscar Romero. El Shanghai dió a préstamo a Romero al Deportivo Alavés de España mientras vencen los contratos de otros extranjeros del plantel, para que a la llegada del guaraní no tengan inconvenientes en ponerlo de titular.
Cada equipo deberá además hacer jugar a dos jóvenes futbolistas chinos de menos de 23 años en cada partido de la Super League y de la League One (2ª división), y uno de los dos deberá hacerlo como titular, indicó la CFA en su página de internet.
Estas nuevas medidas entrarán en vigor desde la temporada 2017, que comienza a principios de marzo, y responden a la polémica en China por las astronómicas sumas invertidas por los clubes para atraer a jugadores extranjeros, en detrimento de la formación de los jugadores nacionales.
El internacional brasileño Oscar (ex-Chelsea) fue comprado por 60 millones de euros por el Shanghai SIPG. El argentino Carlos Tevez (ex-Boca Juniors y Mánchester City) se convertirá en el Shanghai Shenhua en el jugador mejor pagado del mundo, con un salario anual estimado en 38 millones de euros.
Pero muchos seguidores y analistas se preguntan si ese dinero no estaría mejor invertido en la formación de jugadores locales, crucial para elevar el nivel de juego de la selección, que ocupa una decepcionante 81ª posición en la clasificación FIFA, justo delante de las Islas Feroe. La federación anunció asimismo que publicará próximamente nuevas medidas dirigidas a “las inversiones irracionales” con el objetivo de “normalizar las operaciones y la gestión de los clubes”.