La Comisión de Disciplina de la FIFA impuso esa prohibición el pasado febrero al indicar que el club inglés infringió la normativa sobre traspasos internacionales de futbolistas menores de 18 años. El Chelsea ya adelantó entonces su intención de recurrir la sanción ante el Comité de Apelaciones de la propia FIFA, que, no obstante, mantuvo la penalización el pasado abril.
En consecuencia, el club, propiedad del magnate ruso Roman Abramóvich, presentó ante el TAS una apelación contra la sanción de la FIFA, que, de seguir en marcha, le impediría comprar jugadores durante el próximo verano y la ventana de invierno de 2020.
Según la FIFA, el Chelsea incumplió el artículo 19 de su reglamento en el caso de 29 jugadores menores; cometió otras infracciones relacionadas con los requisitos para el registro de futbolistas e infringió el artículo 18 bis en dos acuerdos relativos a traspasos a otros clubes.