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Bochornoso desde todos los ángulos. Los vergonzosos arbitrajes de Facundo Tello y del VAR condenaron a Cerro Porteño en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. César Deischler, juez encargado de la tecnología, cometió un grosero error en el 1-0 del Ciclón, que en los últimos quince minutos de la etapa inicial había emparejado el partido, generaba situaciones y estaba más cerca de romper el cero después de sufrir en la primera media hora.
A los 42′, un centro desde la izquierda fue anticipado por Roberto Morales, quien peinó y dejó a Mauro Boselli mano a mano con el arquero. El argentino gambeteó a Marcos y convirtió el tanto que antes de que el atacante empuje el balón, estaba anulado porque el asistente Julio Fernández levantó el banderín olvidando aplicar el protocolo de delay, que determina la posición adelantada al finalizar la jugada. Mientras los azulgranas protestaban la acción, el VAR analizaba la misma...
En la primera reiteración de la jugada, fue notorio que un defensor de Fluminense quedó clavado hacia el lateral derecho y habilitó tanto a Morales como a Boselli, pero en la revisión de la jugada, Deischler y el AVAR, Eduardo Gamboa, al parecer olvidaron al futbolista y marcaron la línea, si es que fue utilizada, con el zaguero más cercano al autor del tanto. La transmisión repitió la escena en el entretiempo y en la complementaria, pero nunca con la raya que evidencia o no un off-side.
“Cuando llegamos al vestuario nos dimos cuenta que el gol era válido. Nos golpeó en lo anímico. No se puede admitir que una persona con un televisor enfrente se equivoque así”, comentó Boselli al termino del partido. “Nos robaron a mano armada en nuestra propia casa. Es imposible que los del VAR no se hayan dado cuenta de que no fue offside”, disparó Francisco Arce. En el segundo período, el Tricolor carioca ganó 2-0 con solvencia y obliga a los paraguayos a la remontada.