Tras el 1-3 obtenido por Universitario en el partido de ida, todo indicaba que el encuentro sería un trámite para el club peruano, pero Capiatá salió en pie de guerra y congeló el Monumental de Lima en una calurosa noche de verano con un doblete de Roberto Gamarra y otro tanto de Dionisio Pérez.
Universitario salió a la cancha muy comedido, con la idea de dormir el juego y no pasar apuros, pero el tiro le salió por la culata porque los visitantes fueron un vendaval en ataque que puso a su rival contra las cuerdas con una facilidad casi insultante, al punto que pudieron irse al descanso con cinco goles a favor.
Capiatá pronto comenzó a soñar con la gesta cuando a los 15 minutos de juego anotó el primer tanto por medio de un magistral cabezazo de Gamarra, omnipresente en todas las jugadas ofensivas de su equipo, gracias en parte a los múltiples desajustes defensivos de Universitario, especialmente en los marcajes individuales.
Los escoberos se tomaron un respiro tras el gol e hicieron creer a su rival que podía equilibrar el partido, pero seguidamente asestaron otro golpe con un nuevo tanto de Gamarra, que esta vez se zafó del defensa Alberto Rodríguez y definió solo ante el arquero.
El conjunto local entró en crisis, perdió los estribos, corrió sin orden y quedó todavía más a merced del Capiatá, que estrelló dos balones al palo antes del descanso, en sendos disparos de Ortigoza y, nuevamente, de Gamarra.
Tras una ensordecedora bronca de la afición local a su equipo en el descanso, Universitario siguió por el mismo derrotero y siempre estuvo más pendiente de no recibir el tercero que de anotar un gol que le diera mayor tranquilidad.
La mejor ocasión del conjunto crema llegó a los 60 minutos con un tiro libre del centrocampista uruguayo Diego Guastavino, que se estrelló en el palo.
La amenaza del tercer tanto se terminó por concretar en el minuto 67 con un remate cruzado de Dionisio Pérez, en su primera participación en el juego tras haber ingresado desde el banquillo.
Universitario juntó en su delantera al panameño Luis Tejada y al peruano Hernán Rengifo para tratar de salvar los muebles, pero fue Guastavino quien volvió a probar suerte con un fuerte disparo que atajó el arquero Bernardo Medina en el tiempo añadido, lo que dio mayor heroicidad a la noche de Capiatá.