El exdefensa de la Juventus de Turín y del Real Madrid, de 44 años, había anunciado el lunes su dimisión en el Tianjin Quanjian, dos días de después de haberlo clasificado a las eliminatorias de la Liga de Campeones de Asia.
“Había dicho que volvería un día, estoy feliz de hacerlo”, señaló el técnico. “Los planes del club para los próximos años son excitantes y me pone contento trabajar en ellos”, añadió.
Con Evergrande, que acaba de ganar su séptimo campeonato consecutivo, Cannavaro tendrá como objetivo continuar la supremacía nacional y lograr un tercer título continental para una formación a la que entrenó siete meses en 2015 antes de ser sustituido por Scolari.
Xu Jiayin, patrón del club y hombre más rico de China, también declaró que su nuevo entrenador tendrá por tarea el desarrollo de un equipo 100% chino de aquí a 2020.
Los clubes chinos, que gastan masivamente estos últimos años para fichar a estrellas extranjeras, se encuentran actualmente en una situación delicada con problemas de integración de estas estrellas muy bien pagadas y los jugadores locales que apenas pueden emerger frente a esta competencia.
“Estoy convencido que los jugadores de Evergrande no pueden solo servir a Evergrande, sino que esperamos que puedan beneficiar también a la selección china”, respondió Cannavaro a la iniciativa de su presidente.
El exinternacional (136 partidos internacionales 1997 y 2010), ganó el Balón de Oro en 2006, unos meses después del cuarto título de Italia. El defensa puso fin a su carrera de jugador en 2011 e inició en Emiratos Árabes Unidos su reconversión como técnico en Al-Ahli.