BRASILIA. “Hay una campaña contra la Copa, de sectores desesperados, de parte de los medios (de comunicación) que piensan que pueden ofrecer espacio para ese tipo de mala voluntad”, dijo el ministro, cuestionado sobre las manifestaciones callejeras y encuestas que indican que el apoyo de la población al evento es menor que años atrás.
“No creo que las campañas surtan efecto ni que haya grandes manifestaciones contra la Copa, la gran manifestación será de celebración de la Copa”, aseguró.
“La población protegerá la Copa. La Copa del Mundo es una fiesta del fútbol mundial que se autoprotege”, expresó, y comparó la situación a las críticas a los recientes Juegos Olímpicos de invierno en Sochi, que afirmó quedaron disipadas cuando el evento comenzó.
Más de un millón de brasileños salieron a las calles en junio pasado, durante la Copa Confederaciones, para reclamar mejores servicios públicos de transporte, educación y salud, y criticar los gastos públicos para el Mundial. Las protestas han continuado, incluso bajo el lema “No habrá Copa” aunque con mucha menor intensidad.
Rebelo aseguró que las obras de los tres estadios que faltan por terminar (Cuiabá, Curitiba y Sao Paulo, este último previsto para acoger la inauguración del Mundial el 12 de junio) se han acelerado y estarán listas para la Copa y los eventos test previos.
A 90 días del Mundial, Brasil ha recibido críticas por la demora para concluir los 12 estadios.
“Las providencias adoptadas aceleraron el ritmo de las obras y nuestra expectativa es que los estadios sean entregados no solo para la Copa, sino para la realización de los eventos test que son importantes”, dijo Rebelo.
El estadio de Cuiabá debe ser inaugurado el 2 de abril, mientras que Sao Paulo se prevé que sea entregado a mediados de abril y Curitiba a inicio de mayo, según el ministerio.
“Estamos trabajando mucho para que sea la mejor de las Copas, lo tiene todo para serlo”, afirmó Rebelo.
Y explicó que el país se prepara para recibir a decenas de jefes de Estado.
Los presidentes de “los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) que realizarían la reunión en marzo, pidieron que se haga después, para poder participar de la Copa”, dijo el ministro.
“Probablemente decenas de jefes de Estado tengan interés en venir”, afirmó.
Hinchas violentos
El ministro reconoció que una de las preocupaciones de la organización es con los barrabravas e hinchas violentos.
“La preocupación existe, estamos de ojo en ellos”, dijo Rebelo. “Adoptaremos las medidas para impedir la presencia y la acción de hinchas violentos en esos eventos”, aseguró.
El ministro también minimizó las preocupaciones con una eventual falta de oferta hotelera o sobre la capacidad de los aeropuertos para recibir a los tres millones de turistas brasileños y 600.000 extranjeros que se estima se desplazarán por todo el país durante la Copa, del 12 de junio al 13 de julio.
“Las empresas de turismo bloquean muchas plazas, pero devuelven las que no venden”, dijo.
Citó una estadística de la asociación de hoteles en las ciudades sede, que dan a Natal (noreste) como la más baja ocupación para esas fechas, con 50%, y Río de Janeiro la que más, con 90%. “El resto, 60%, 70%, 80%”, añadió.
Exdiputado comunista, Rebelo renunció a ser candidato de su partido a la gobernación de Sao Paulo para seguir al frente de la organización de la Copa del Mundo.