RÍO DE JANEIRO. “El Gobierno del estado de Paraná, la Alcaldía de Curitiba y el Club Atlético Paranaense (propietario del estadio) garantizan la adopción de todas las medidas necesarias para asegurar la conclusión de las obras de la Arena da Baixada dentro del plazo estipulado por la FIFA”, según un comunicado divulgado por el gobierno regional.
La FIFA dio como plazo el próximo día 18 para decidir si mantiene este estadio o lo excluye de la lista de doce sedes del Mundial de Brasil, debido a los atrasos en las obras.
El Gobierno de Paraná solicitó hoy un nuevo crédito de 250 millones de reales (unos 104 millones de dólares) al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el principal banco de fomento del Estado brasileño, para garantizar los fondos para terminar las obras.
Las reuniones y acuerdos previos celebrados entre el Gobierno de Paraná y el BNDES “permiten concluir” que el análisis de crédito tendrá “prioridad” para que el flujo de capitales necesario para concluir las obras “no sea interrumpido”, según la nota.
El principal motivo del atraso de las obras de Curitiba fue precisamente la tardanza del BNDES en aprobar los créditos a los responsables del estadio, debido a las dudas que generaban las garantías financieras que estos habían presentado.
La fecha límite inicialmente impuesta por la FIFA para la inauguración de los estadios que no fueron sede de la Copa Confederaciones era el pasado 31 de diciembre.
Siete estadios ya han sido inaugurados y otros cinco están pendientes, entre ellos el Arena da Amazonia de Manaos, que será inaugurado el próximo viernes por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
El estadio de Porto Alegre también está prácticamente terminado, el de Cuiabá será concluido previsiblemente en marzo y el de Sao Paulo, a mediados de abril, mientras que el de Curitiba no tiene una fecha determinada.