El presidente del The Strongest de La Paz, César Salinas, fue elegido como nuevo titular de la FBF en un congreso en Santa Cruz (este) , con 19 de 28 votos posibles. El otro aspirante era Guido Loayza, del Bolívar, también paceño, quien declinó en el último momento su candidatura y denunció que su contrincante ofreció cargos en la directiva a cambio de votos.
Salinas, cuya gestión se extenderá hasta 2022, sostuvo que decidió presentar su candidatura ante el “manejo discrecional y abusivo que se dio en la FBF con los últimos interinos”. Asimismo, aseguró que le mueve “el compromiso de poder trabajar por el fútbol viéndolo como un bien mayor”.
Salinas es el quinto presidente que tendrá la FBF desde 2015, cuando fue relevado Carlos Chávez, quien fue encarcelado junto a varios de sus colaboradores como consecuencia del conocido como “FIFA gate”.
Por ese escándalo de corrupción, varios altos dirigentes deportivos en Latinoamérica están presos o son investigados. Tras Chávez, pasaron por el cargo Marco Ortega, Rolando López, Marco Peredo y Carlos Ribera.
Ribera asumió interinamente el cargo en agosto de 2017 tras la renuncia de Peredo, quien se fue alegando estar cansado del “carnaval” en el fútbol local y la resistencia hallada en algunos sectores a los cambios que buscaba introducir para superar la crisis.
A la par de la crisis de dirigentes está el problema crónico del fútbol boliviano, incapaz hasta ahora de repetir la histórica clasificación a un Mundial lograda en 1993 por el equipo dirigido por el español Xabier Azkargorta. En las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Rusia 2018, Bolivia acabó en el penúltimo lugar con 14 puntos.
Salinas deberá poner en marcha las reformas aprobadas el año pasado con el nuevo estatuto de la FBF, que entre otros asuntos dispone la unificación de la dirección del balompié en lugar de las tres cabezas que manejaron el fútbol.
Ahora la división profesional y la de aficionados, antes independientes, dependerán de la FBF. El dirigente ha anunciado que va a “pelear a muerte” para incrementar los derechos de transmisiones televisivas, “porque son los ingresos más fuertes que recibe” el fútbol boliviano.