Bélgica dio un paso más, casi definitivo, hacia el Mundial 2018, sin moverse de la primera plaza del grupo H y con una goleada previsible e incontestable frente a Gibraltar, desbordada sin discusión y doblegada por 9-0, incluido un golazo de chilena de Axel Witsel, expulsado después por una dura entrada.
Un reflejo de la distancia abismal que existe entre ambas selecciones: la belga, dirigida por el español Roberto Martínez, al frente de su sexteto con seis triunfos y un empate; la gibraltareña sin puntos, con 24 goles en contra en siete choques y con apenas cuarto de hora de resistencia en el duelo.
Hasta entonces, hasta un regalo increíble del portero Deren Ibrahim, al que se le coló por debajo de las piernas un centro intranscendente, a sus manos, de Dris Mertens desde la izquierda, el marcador mostraba un 0-0. Cinco minutos después era ya de 3-0, todos procedentes desde la banda zurda de Bélgica: el 2-0 de Thomas Meunier, a pase de Mertens, y el 3-0 de Lukaku, a centro de Meunier.
No se quedó ahí Bélgica, con Yannick Carrasco como titular. Al borde de la media hora, de nuevo con origen en la izquierda, Witsel conectó de chilena un pase de Mertens; en el 38, Lukaku hizo el 5-0, a centro de Meunier y en claro fuera de juego; y en el 45, Eden Hazard logró el 6-0 a servicio de nuevo de Meunier.
Cuando marcó el media punta del Chelsea, su selección ya jugaba con diez, por la expulsión con roja directa de Witsel por una dura plancha en el centro del campo, más transcendente por la baja que supondrá para el próximo encuentro que para el resto del duelo contra Gibraltar, en el que Bélgica aumentó aún más la renta.
Meunier sumó después el 7-0, a la hora de juego, y el 8-0, seis minutos después; un 'triplete' personal que también consiguió Lukaku con el 9-0 de penalti en el minuto 84, la culminación de una goleada de récord de Bélgica, que igualó su mayor triunfo de la historia y que ya está a un pasito, un triunfo en Grecia, del Mundial 2018.