BERLÍN. En los primeros diez minutos, al margen de la evidente y esperada ventaja en lo relativo a la posesión de pelota, el Bayern había tenido tres ocasiones claras de gol por intermedio del austríaco David Alaba, del croata Mario Mandzukic y del holandés Arjen Robben.
El gol tardó un poco en llegar pero lo hizo, en el minuto 25 a través de un penalti convertido por el francés Frank Ribery y que se había generado por una falta de Hubnik dentro del área al citado Robben.
Después las ocasiones siguieron llegando, Mandzukic tuvo dos muy claras, y el minuto 37 Alaba marcó el segundo, de remate con la pierna derecha dentro del área.
La jugada se originó con un pase del alemán Bastian Schweinsteiger a Mandzukic que, desde el borde del área, la tocó de cabeza para Alaba y el austriaco, tras un recorte para abrirse espacio ante dos defensas, soltó un remate raso que se fue al fondo de la red.
El tercero llegó en el 61, con una definición mágica de Ribery, tras deshacerse de un defensa con un regate y superar a Kozarik con una vaselina con el borde exterior del pie derecho.
Con el 3-0, Pep Guardiola empezó con los cambios para reservar jugadores con miras a otros compromisos. El alemán Mario Götze entró por su compatriota Philipp Lahm y, en su primer contacto de pelota, le puso un pase a Schweinsteiger, que marcó el cuarto con un remate de zurda dentro del área.
Al final, en el 90, el propio Götze marcó el quinto con un remate dentro del área, tras un gran pase de Robben.