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El primero en concretar su retorno a la Primera División fue el Sportivo Trinidense, que volverá luego de cinco años, ascendió a la en la 28ª ronda. En la penúltima fecha (29ª) redondeó su gran campaña quedándose con el título de campeón, derrotando por 1-0 a Colegiales y el triunfo de San Lorenzo sobre Luqueño, con esa combinación de resultados, el “Triqui” se quedó con el cetro de la segunda categoría de la APF. La corona fue producto se una extraordinaria racha invicta que se extendió a lo largo de toda la segunda rueda, que comprendió once triunfos y cuatro empates.
El equipo de populoso barrio Trinidad mantuvo al técnico José Arrúa hasta el final del torneo, el entrenador registró 19 triunfos, 9 empates y apenas 32 caídas.
El segundo ascendido fue Sportivo Luqueño, que retornó a la máxima categoría luego de solo una temporada de ausencia le bastó al chanchón para volver al círculo privilegiado de la mano de un histórico del Auriazul, Miguel Zahzú, que dirigió hasta la penúltima ronda y finalmente decidió cortar el vínculo que tenía con la institución, en la que además de lograr el retorno a Primera, se consagró campeón del Apertura 2007.
La campaña de Luqueño comprendió 18 victorias, 7 empates y 5 derrotas.
Por otra parte, los descendidos a la Primera División B fueron River Plate y Sportivo Iteño, mientras que Guaraní de Trinidad regresó al Nacional B de la UFI.
El “Kelito”, fue condenado a su segundo descenso consecutivo, solo la temporada anterior estuvo en el círculo mayor . Mientras, el “Alfarero” perdió la categoría, luego de 10 años de militancia en el torneo semiprofesional, ambos fueron condenados en la antepenúltima ronda (28ª).
El tercer descendido se definió recién la última ronda, Deportivo Santaní y Guaraní de Trinidad, llegaban a la jornada de cierre con la misión de evitar el descenso al Nacional B, que lo terminó concretando el equipo del Tapiracuái.