Di María, que no pudo estar en la final de Brasil debido a problemas musculares, sentó cátedra. Marcó un gol y firmó las asistencias de los otros tres. Fue el jugador decisivo de una Argentina que no extrañó al ausente Lionel Messi.
El resultado puede resultar algo engañoso en un partido se mostró desde el comienzo bastante abierto, con muchas llegadas de parte de ambos equipos y en algunas de ellas con ocasiones claras.
En el minuto 7, el meta argentino Sergio “Chiquito” Romero se lució por primera vez en el partido al parar un remate a quemarropa de Mario Gómez, que había quedado sólo frente a él después de un gran pase de Christoph Kramer.
Casi a vuelta de correo, Argentina tejió un contragolpe que culminó con un remate de Angel Di María por encima de la portería.
El duelo entre Romero y Gómez iba a ser una de las notas características de la primera parte. Tras la primera ocasión desperdiciada, el delantero alemán volvió a fallar dos veces. en el 28 y en el 44.
La otra seña de identidad del partido fue el trabajo de Di María por la banda derecha, que le dio muchos problemas a su marcador Erick Durm y que terminaría trayendo los dos primeros goles para Argentina.
El primero llegó en el minuto 21, cuando Di María le metió un pase al área chica al “Kun” Agüero que no tuvo problemas para batir a Neuer.
El segundo cayó en el minuto 40, con un centro de Di María desde la línea de fondo que aprovechó Erick Lamela para definir de zurda.
Al comienzo del segundo tiempo todo empezó a apuntar a una debacle alemana. En el 47 un remate de cabeza de Federico Fernández en el 47, tras una falta lanzada desde la izquierda por Di María, trajo el segundo. Y en el 50 fue el propio Di María coronó su gran presentación en el 50 al marcar el cuarto con una vaselina por encima del cuerpo de Roman Weidenfeller que salió a cortar el ángulo.
Sin embargo, Alemania logró maquillar el resultado con goles de André Schürrle en a los 52' y de Mario Götze en el minuto 78. Ambos equipos tuvieron para más goles. Alemania sufrió mucho con su improvisada defensa, el único que quedaba de la formación mundialista era Benedikt Höwedes.