Warner, expresidente de la Concacaf, está luchando contra la extradición a Estados Unidos, solicitada el pasado 23 de julio por el Departamento de Justicia de ese país, que lo acusa junto a otras 13 personas de un amplio esquema de corrupción en la FIFA que se prolongó durante décadas.
El exdirigente deportivo, de 72 años, se presentó en la mañana del lunes en la corte de magistrados de Puerto España, cuando la fiscalía y los abogados defensores debatían sobre los procedimientos a seguir.
El caso fue aplazado hasta el 28 de agosto, cuando se fijará una fecha para el comienzo del juicio y del proceso de extradición.
Warner dijo a la salida del tribunal que dio instrucciones a su equipo de abogados para presentar una revisión de la solicitud de extradición, argumentando ser “perseguido” por el gobierno de la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, lo que imposibilita, según él, un juicio justo.
Warner ha asegurado en repetidas ocasiones que las acusaciones de Estados Unidos en su contra tienen motivaciones políticas, al sugerir que ese país está tratando de vengarse porque perdió frente a Catar en la votación para organizar la Copa del Mundo de 2022.