El seleccionador alemán se refería al tanto a los 23 minutos de Miroslav Klose, histórico por demás porque convertía a su autor en el máximo goleador en la historia de los mundiales, con 16 tantos.
Kroos, quien asegura haber sentido “desde el primero minuto que era posible algo histórico”, destacó en el 'Mineirazo' al firmar un doblete, a los 24 y 26 minutos, pero garantizó que no se lo “habría creído” si le hubieran dicho antes que el partido de las semifinales en el estadio Mineirao, de Belo Horizonte, iba a terminar 1-7.
La hemorragia de goles desatada a partir del gol de Klose hasta el minuto 29, cuando ya habían agitado las redes Kroos (ms.24 Y 26) y Sami Khedira en opinión de Löw “fue un gran choque para ellos”.
La prensa del llamado país del fútbol hoy destaca que el máximo descalabro de su selección absoluta pudo haber sido mayor de no haber sido porque los alemanes acordaron entre ellos no humillar a los dueños de casa.
La conversación tuvo lugar en el vestuario antes de saltar a la cancha para el segundo tiempo, según reveló a los diarios británicos The Sun y Daily Mirror el zaguero Mats Hummels, el mismo que clasificó a Alemania a las semifinales con un gol de cabeza a Francia.
“No queríamos ridiculizarlos”, declaró a The Sun el jugador del Borussia Dortmund.
“Quedó bien claro que tendríamos que continuar concentrados, jugar de forma seria y procurar no humillar a la selección brasileña. Cuando se está en la cancha tenemos que mostrar respeto por el adversario y fue muy importante que así haya sido”, explicó Daily Mirror el jugador, que el 16 de diciembre cumplirá 26 años.
A pesar de que aparentemente Alemania sacó el pie del acelerador, Andre Schürrle, que entró a los 58 minutos, aportó dos más a los 69 y 79.
“Ellos tenían mucha presión para ser campeones del mundo en casa. La presión de ellos era superior a la nuestra. Ellos nunca jugaron en su mejor nivel”, manifestó el mediapunta Kroos, de quien se da como inminente su paso del Bayern Múnich al Real Madrid.
El respeto con el que Alemania trató el desmoronamiento de Brasil ante sus ojos lo ratificó al día siguiente de ese 8 de julio negro Lukas Podolski al proclamar en portugués que “El mundo del fútbol debe mucho al fútbol brasileño, que es siempre el país del futbol”.