Pero la Albiceleste se marchó sin goles de sus tres últimas finales. Todos señalaron al “Pipita”. En Rusia-2018, el “Kun” tratará de desviar los focos para anotar ese gol que corone a los suyos.
En Brasil-2014, Argentina perdió en la prórroga 0-1 ante Alemania. En las Copas América de 2015 y 2016, la película fue la misma: 0-0 y derrota en la tanda de penales ante Chile. 0 goles en los tres partidos más importantes de la historia reciente del país, cuyo último título data de 1993.
Un cuarto de siglo de sequía con talentos generacionales por el camino como Gabriel Batistuta y Lionel Messi. A las puertas del éxito demasiadas veces por una cuestión de suerte. O de centímetros.
Toda Argentina se sigue lamentando aún por aquella ocasión de Higuaín a los 21 minutos frente a Alemania, cuando se quedó solo contra Manuel Neuer y cruzó demasiado su remate.
También la del 90+2 ante Chile, en la final de 2015, cuando llegó tarde y, con el arco vacío, estrelló el balón en el lateral de la red.
“A veces uno no sabe por qué, pero la presión está más que nada, la sentimos en las dos finales de Copa América. Es jodido porque uno trata de no pensar, pero lo hace. No pensás hasta que llegás a la cancha y ahí empezás a ver la imagen de la gente y a empezar a caer: ’Es una final, tenés que hacer lo mejor’. Es una cagada porque justo en las tres finales no se hizo ni un gol. Y es raro cuando siempre hay goles”, comentó Agüero recientemente.
La solución a la falta de gol
Ahora, con Jorge Sampaoli en la dirección técnica, el frente de ataque está más abierto que nunca: desde Paulo Dybala, hasta el propio Higuaín o el xeneize Cristian Pavón, pasando por el “Kun” , el tercer máximo goleador de la historia de la Albiceleste.
“Lo que quiere Sampaoli es que cuando esté en el área defina el partido. Dice que tengo que encarar, no tener miedo e ir para adelante. Eso te da la confianza de que tenés el apoyo del técnico”, apuntó sobre lo que le pide su DT.
Agüero, acostumbrado a derribar barreras, tiene el muro más alto aún por delante: anotar ese gol que le dé el título a los suyos por primera vez desde México-1986.
El originario de Buenos Aires se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la Primera División de su país al vestirse la casaca de Independiente con 15 años recién cumplidos. Con 18 ya jugaba en el Atlético de Madrid y, meses después, formaba junto al uruguayo Diego Forlán una de las delanteras más temibles de Europa.
En 2005 y 2007 ganó el Mundial Sub-20 y, en Pekín-2008, se colgó el oro olímpico. Pero en Sudáfrica-2010 y Brasil-2014 dejó los torneos de vacío, ganándose las críticas de la prensa y la afición, que siempre le reprocharon no rendir con la albiceleste al mismo nivel que con la rojiblanca o la celeste del Mánchester City.
El “Kun” se trasladó a Inglaterra en 2011 y, en 2017, se convirtió en el máximo goleador histórico de los “Citizens”.
A las órdenes del DT español Pep Guardiola, Agüero dio otro salto de calidad que lo situó a la altura de los mejores delanteros del mundo.
“Este podría ser mi Mundial, estoy en un momento en el que las cosas me salen muy bien. Debería seguir en esta línea. En mi cabeza, y en la de todo el grupo, está que este es el Mundial. Se puede ser campeón, la ilusión está”.
Ahora, tras unos meses de baja por lesión, aterrizó en Rusia con las piernas frescas y la ambición por las nubes, conocedor de que a veces solo hace falta un gol para escribir tu nombre con letras de oro en la leyenda de tu país.