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Erico falleció el 23 de julio de 1977, a la edad de 62 años, en el Hospital Argerich. Poco antes de eso, los médicos tuvieron que amputarle la pierna izquieda por complicaciones sanguíneas. Cuando parecía que se reponía de todo aquello, el “Saltarín rojo” sufrió un paro cardíaco.
El gran “Saltarín rojo”, como era conocido, tiene el récord de ser el máximo goleador de la historia del fútbol argentino, con 293 goles, junto a Ángel Labruna de River Plate, aunque el historiador futbolero argentino Claudio Keblaitis aclaró que Erico contabilizaba 295 goles.
En honor a todo lo que había hecho por el fútbol paraguayo, al que le llenó de prestigio, el estadio de Nacional, club donde se inició, lleva su nombre, así como el sector de Graderías Sur del estadio Defensores del Chaco.
Por si fuera poco, la tribuna más importante de club Independiente de Avellaneda de Argentina, club donde brilló y fue considerado como un “dios” en su época, también lleva su nombre.
En 1938, jugando por Independiente, Erico fue desafiado por una marca de cigarrillos: si llegaba a convertir 43 goles, recibiría un importante premio. “El paraguayo de oro”, otro de sus sobrenombres, hizo 43 tantos solamente para recibir la recompensa, pues según los libros de historia, pudo haber hecho más goles, pero no quiso.
Arsenio Erico convirtió más de 300 goles en su carrera, algunos de ellos por Huracán, donde tuvo fugaz paso, y también por Nacional, aunque la mayoría de sus conquistas las hizo vistiendo la camiseta del “Diablo Rojo” de Argentina.
Curiosamente, a pesar de su exitosa y gran carrera, Erico nunca jugó un partido oficial vistiendo la casaca de la selección paraguaya.
Desde el 26 de febrero de 2010, el ataúd con los restos repatriados de Arsenio Erico fue transportado a su morada definitiva, que tiene lugar en un mausoleo construido especialmente para el efecto, ubicado dentro del estadio Defensores del Chaco.
El “Escorpión”, una jugada mundialmente recordada en el fútbol mundial como creación del arquero colombiano René Higuita, en realidad nació de la genialidad de un futbolista paraguayo varias décadas antes.
La jugada sería conocida como “El Escorpión” y muchos le adjudicarían la autoría al polémico Higuita quien en 1990 había ensayado el mismo movimiento durante un comercial.
Sin embargo, la jugada tuvo su origen casi seis décadas antes y tuvo como protagonista a un futbolista paraguayo, según publica un artículo de la página web de la FIFA.
El 12 de agosto de 1934 Independiente enfrentaba a Boca Juniors y de pronto “El Saltarín Rojo” sacaría una jugada de la galera, fiel a su estilo.
“El paraguayo se arrojó hacia delante haciendo el gesto de cabecear la pelota pero la impactó con ambos tacos convirtiendo uno de sus goles más famosos”, relata FIFA.com.