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La suerte necesaria para salir adelante
El partido tuvo un desarrollo totalmente anormal, por el estado de campo de juego, con agua acumulada tras la lluvia. Los charcos en algunos sectores generaban complicaciones.
Un espectáculo con alternativas cambiantes. Trinidense estuvo más aplomado. Su mayor despliegue físico le posibilitó generar más llegadas.
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Superado en fútbol, Luqueño demostró recuperación y por un buen lapso niveló la acciones y creó oportunidades propicias para anotar. Cerca del cierre del primer tiempo, el equipo de la cruz amarilla volvió a imponerse, pero sin poder traducir en el marcador su mejor desenvolvimiento.
Los protagonistas tuvieron un desgaste mayor de lo normal, por las complicaciones en los desplazamientos. Los errores en los pases se dieron de forma frecuente y algunos ataques tuvieron mala resolución porque los atletas perdían equilibrio.
La complementaria fue igual de peleada, ya con un campo más seco. Triqui tuvo para marcar, pero no lo hizo. Y luego sufrió en una acción puntual que le costó la caída, probablemente inmerecida.
Un corner de Elvio Vera fue conectado por Rodi Ferreira en el primer palo para clavar el 1-0. Así como el tanto llegó mediante una maniobra prácticamente aislada, pudo haber caído el segundo luqueño luego del penal cobrado mediante el VAR a Gilberto Flores. La pelota llovida le dio en el brazo y con el movimiento se vio que la intentó acomodar.
El disparo de Marcelo Ferreira fue como un despegue de avión. Por encima del travesaño. Era para liquidar el expediente y evitar el sufrimiento.
Los visitantes empujaron. En tiempo adicional tuvieron la oportunidad inmejorable para empatar, pero el remate del argentino Rayer resultó fallido.
Esta vez se alinearon los astros para Luqueño, que tuvo la dosis de fortuna que se requiera para salir adelante. Claro que a la suerte hay que acompañarla.