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Temperamento sin juego no alcanza
Paraguay, un equipo de media hora, que en ese lapso genera cierta ilusión, pero luego termina decepcionando. El desborde inicial del Vinícius a Velázquez obligó a los albirrojos a jugar con máxima concentración. La tarea se realizaba relativamente bien, incluso proponiendo el golpe por golpe, con toques interesantes, un remate de Bobadilla desviado en Militão y que exigió a Alisson.
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Parecía el partido ideal hasta que Brasil empezó a marcar una clara diferencia. Un tiro de Gomes dio en el brazo de Cubas. Penal ejecutado por Paquetá, quien falló el arco.
El elenco nacional no aprovechó ese envión anímico. Es más, se vio sobrepasado por Brasil que marcó a través de Vini tras combinación con Paquetá, amplió la cuenta por intermedio de Savinho al aprovechar el rebote de Morínigo y fue al descanso configurando la goleada al anotar el tercero. Un blooper, porque el despeje erróneo de Alderete pegó en la gran figura auriverde, Vinícius.
Al inicio del segundo tiempo, Paraguay descontó con un zurdazo desde fuera del área de Alderete y se fue arriba, le puso ganas, pero contra una potencia como el rival, que justo se encendió ayer luego de su pálido estreno contra Costa Rica, se necesita más que carácter. La actitud debe ser acompañada con juego.
Paquetá tuvo la chance de reivindicación desde el punto penal y esta vez acertó. El tiro de Savinho pegó en el brazo de Villasanti. El envío dejó fuera de acción a Morínigo, al arrojarse en el otro palo.
Los cambios fueron tardíos. La impotencia era cada vez mayor y Cubas fue expulsado con roja directa.
Daniel Garnero parece no tiene mucho futuro en el cargo por los pésimos resultados. Para el plano local es un “monstruo”, de los más ganadores. A nivel internacional, uno más del montón.
La nuestra se convirtió en una selección trituradora de técnicos. Pero no todo pasa por la conducción técnica, que tiene su grado de responsabilidad. La lista de culpables la encabeza la prebendaria dirigencia. Algunos jugadores parecen andar en otra cosa, producción capilar, tintes, delineación de cejas, tatuajes y demás. Y el fútbol queda a un plano secundario. Tristísimo.