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Ambición azulgrana, entereza franjeada
El que propuso juego fue Cerro Porteño, el que golpeó primero, sobre el cierre del primer tiempo fue Olimpia, luego de una paciente tarea de contención.
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Los franjeados se pusieron de acuerdo para golpear a Cecilio Domínguez, “atendido” por turno. Antes del primer minuto, Olmedo tuvo una fuerte entrada, con una especie de coscorrón. Luego vino Martínez, quien fue amonestado, cuando parecía que la acción inicial era más merecedora de la sanción disciplinaria.
Además del “10″, Carrizo y principalmente Aguayo, fueron protagonistas de las cargas azulgranas, algunas prometedoras y profundas.
Los visitantes tuvieron aproximaciones más por los desajustes defensivos de los locales que producto de un fútbol elaborado. En ese sentido, hasta ahora no se puede descifrar la propuesta de Martín Palermo.
Un fantástico pase de Alex Franco a espaldas de los marcadores centrales dejó de cara al gol a Pratto, quien de “sombrerito” dejó fuera de acción a Jean, quien desesperado había abandonado su arco para intentar bloquear el envío.
Haciendo honor a su mote de Ciclón, el dueño de casa arrancó con todo el segundo tiempo. No tardó en empatar mediante la conexión argentina entre Carrizo y Churín, para la habilitación del centrodelantero a Cecilio, quien definió sin problemas, ya que Olmedo había quedado corto en el cierre.
Los azulgranas empujaron en busca del desequilibrio. Los franjeados tuvieron quedaron revitalizados con las modificaciones y también generaron peligro, con un zurdazo de Fernández desviado por Fernandes.
Domínguez tuvo una posibilidad similar a la que contó Pratto, pero el “globito”, desde una posición más incómoda que la del “Oso”, fue imperfecto.
Al final, el resultado le quedó bien el partido, por el mejoramiento olimpista con relación a su postura algo mezquina con la que encaró el cotejo, impropia para un grande. Cerro lució cansado, no tuvo la lucidez necesaria para imponer su localía y seguir en la punta.
El Decano quedó prácticamente sin chances de pelear el título, al situarse a seis puntos de Libertad y a cuatro de su acérrimo rival. No es común ver a un equipo históricamente protagonista cumpliendo un rol de reparto, casi secundario en el campeonato. Es el momento de analizar si vale la pena seguir con Palermo, porque da la sensación que es una pérdida de tiempo, al no existir una identidad futbolística que sirva de gancho para un futuro deportivo mejor.
Juan Gabriel Benítez no desentonó
En esta época del fútbol tecnológico, la calificación del árbitro tiene mucho que ver con el VAR. En esta ocasión, no se registraron polémicas, no hubo llamado de revisión por parte de los encargados en cabina, por lo que Juan Gabriel Benítez (41 años) superó el examen en su segundo superclásico.
De un juez con insignia FIFA y candidato a acudir al Mundial 2026, siempre se espera más. Debió amonestar al olimpista César Olmedo por una falta sobre Cecilio Domínguez apenas iniciado el juego.
Las sanciones disciplinarias aplicadas con posterioridad fueron correctas, a tal punto que hasta los técnicos, Manolo Jiménez y Martín Palermo, fueron pintados de amarillo.
En el minuto 21 fue expulsado el médico franjeado Marcos Torres, por una conducta inapropiada a la función. El galeno había ingresado a asistir a Ramón Martínez, tuvo un roce con uno de los camilleros y se armó el revuelo que no pasó a mayores.