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Días antes del inicio del Campeonato Anual, su club recibía desde la APF una nota en la que comunicaban que la futbolista no podía jugar “mientras dure el periodo de competición (Sudamericano Sub 20) más el plazo adicional de cinco días”. Esto porque había renunciado a la selección.
Pero, ¿por qué lo hizo faltando tan poco?
“Tenía miedo. Sentía que, si viajaba, durante la estadía para el torneo podían pasar cosas peores”, explicó en el relato que presentó luego al Tribunal de Ética de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF).
Se refería a las constantes situaciones de acoso que sufría de parte de un integrante del cuerpo técnico. Situaciones que, cuando ya no pudo soportar, se las contó a la psicóloga de la selección. Esta le dijo que revisaría la actitud del profesional, que pasó de acosarla a responsabilizarla de cualquier situación problemática que se presentara en el grupo.
Alegando motivos personales, porque no se había animado a contar la verdad a nadie más que a la psicóloga, pidió salir de la selección por su seguridad y tranquilidad. Con testigos de por medio, le hicieron firmar su renuncia.
La declaración jamás respondida
Cuando llegó la suspensión desde la APF, aquella seguridad y tranquilidad que había recuperado desaparecieron nuevamente. Volvieron los recuerdos de lo vivido en la Sub 20, porque se vio en la necesidad de relatar todo eso en la nota dirigida al Tribunal de Ética de la APF.
En tres páginas de texto detalló cómo, tras los primeros días de entrenamiento y concentración con la Albirrojita, fueron sucediendo los episodios con el integrante del cuerpo técnico de la selección.
Durante los entrenamientos en cancha se colocaba siempre en su equipo, en el gimnasio se acercaba a ella y le tocaba la espalda simulando que le sacaba algo o ponía la mano sobre la pierna cuando estaba en la bicicleta estática. Ingresaba sin previo aviso a su habitación y, en la situación más grave, un día lo encontró esperándola a la salida de las duchas (cuyos baños no tienen puertas).
¿Por qué no dijo nada de esto en ese momento? Porque, y según indicó a los integrantes del Tribunal, pensó que era parte de los cuidados que él como profesional tenía con las jugadoras.
La nota tiene fecha del 15 de abril. Ya pasaron nueve días y, pese a la gravedad de su contenido, los doctores José Altamirano, Rodrigo Yódice y Roberto Aponte Soto aún no respondieron.
Pedido al Ministerio de la Mujer
Hoy, las principales autoridades del departamento de fútbol femenino de su club se reúnen con la ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo, para pedir que la APF tenga un protocolo de acción para los casos de acoso.
“Espero que situaciones como ésta no se vuelvan a repetir, porque las mujeres deportistas merecemos vivir sin miedo mientras nos dedicamos al deporte que tanto amamos y más aún cuando de servir a nuestra selección se trata”, decía la propia jugadora al Tribunal de Ética.