Categoría de Hauché marcó la diferencia

Los equipos se neutralizaron en el inicio en las propuestas. Ninguno quiso asumir el protagonismo y recurrían al orden en la última línea y buscaban sorprender de contraataque, en ocasiones elevando en demasía el esférico, en el afán de soltar líneas.

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Tacuary tenía el costado izquierdo como la ruta preferida para intentar llevar el peligro a la portería del debutante Guillén, en ese constado se combinaban Pedrozo y Clar, quienes además contaban con el respaldo de Camacho, este participe del circuito ofensivo retrocedía metros.

Pasado los 20 minutos, el dueño de casa empezó a generar aproximaciones claras, en su mayoría gestadas por Hauché, quien tomó la batuta, e hizo gala de su gran pegada para apurar las transiciones con la precisión habitual en los pases elevados.

El volante creativo tuvo un alto porcentaje de responsabilidad para el tanto de apertura. El argentino recibió por derecha, en posición de extremo y metió el centro medido a la cabeza de Sanguina, quien aplicó el testazo potente, para batir a Espínola, para que el rojo vaya con ventaja a vestuarios.

Con la ventaja a su favor, el equipo militar se encontró con espacios para aumentar su ventaja, y lo hizo con una recuperación sobre la salida del rival, que tuvo otra asistencia magistral de Hauché, que tuvo que tuvo una definición de la misma categoría de Sanguina, enviando el esférico sobre la humanidad de Espínola.

Con cambios ofensivos, el Buque fue en busca del descuento que llegó mediante un autogol de Valenti, en su intento de despejar un centro de Ruiz.

Arnaldo Gabriel Benítez (@GaboBenitez_5)