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Individualidades sobre lo colectivo
La selección nacional ganó el partido amistoso ayer a Nicaragua, pero lejos del nivel que se esperaba ver frente a un rival con poca jerarquía. El juego colectivo fue un gran déficit y unas vez más tuvo que aparecer chispazos individuales como el de Romero Gamarra, que sentenciaron los goles de Almirón y Balbuena.
En las gradas el público cumplió, el arranque del equipo ilusionó, pero no tardó en perderse en la cancha y con muy poco, fue el sparring que tuvo las dos situaciones más claras de gol en el primer tiempo. Ver lo qué podrían dar Julio Enciso y Miguel Almirón fue tal vez unos de los incentivos que llevó al hincha a ser partícipe de la fiesta matinal en el Defensores.
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Enciso se pasó en revoluciones, no encontró nunca la manera de marcar la diferencia, aunque lo intentó; Almirón, en lo suyo, pero le faltó mayor acompañamiento como el que tuvo con el ingreso de Alejandro Romero. Lo del primer periodo, orilló al quebranto y no estuvo lejos de los reproches.
El poco fútbol y sin llegadas claras del equipo albirrojo se cambiaron con Romero y Diego Gómez, este último le dio mayor presencia en el medio, función en la que Villasanti marcó diferencia. Una pelota que rompió líneas hacia Miguel y este mostró su calidad y marcó el primer gol, un grito que por entonces ya se exigía. Esa ventaja no ayudó a un mejor rendimiento, la presión estéril siguió, pero en función de ataque no se generó lo que esperábamos. Hasta que otra vez, de una pelota parada, Romero Gamarra metió el centro que encontró a los tres defensores, Rojas, Gómez y Balbuena en ataque, y fue este último que se hizo anotar en la planilla como goleador, pero no precisamente con golpe de cabeza.
La ventaja de dos goles era insuficiente frente al rival en cancha, pero se ganó, aunque se sintió que no satisfizo del todo esta victoria paraguaya en el Día del Padre. Pasó el último amistoso antes del inicio de las eliminatorias, pero queda mucho por pulir, sobre todo ver que el técnico acierte en las convocatorias y la formación del equipo.
La base se tiene, en el fondo, los mismos de siempre, en el medio hay tranquilidad, poder ofensivo sobra: falta rendir en la cancha.