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Este paso suplementario, probado durante la Copa Árabe a finales de 2021 y después durante el Mundial de Clubes, permite establecer en todo momento la posición de los jugadores y del balón, facilitando la detección del fuera de juego pero sin sustituir la apreciación de los árbitros.
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Durante el torneo catarí (21 de noviembre al 18 de diciembre), la “tecnología semiautomatizada del fuera de juego” (SAOT) utilizará doce cámaras situadas bajo la cubierta del estadio, y controlará “hasta 29 puntos de datos de cada jugador, 50 veces por segundo”, explica la FIFA en un comunicado.
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Un sensor en el balón
Un sensor situado en el interior del balón envía “un paquete de datos hasta 500 veces por segundo” a la sala de vídeo, permitiendo determinar el momento en el que se golpea el balón de una manera más precisa a la que podría hacerlo el ojo humano.
“Con la mezcla de datos y mediante la inteligencia artificial”, una alerta será enviada a los árbitros de vídeo “siempre que reciba un balón un atacante que se encontraba en posición antirreglamentaria en el momento en que su compañero jugó el esférico”, detalla la FIFA.
En “algunos segundos”, el árbitro de vídeo verificara manualmente el momento del pase y la línea de fuera de juego, antes de informar al árbitro principal, a quien le corresponderá la decisión final.
El caso del gol de Mbappé
La validación del controvertido gol de Kylian Mbappé en octubre de 2021, durante la victoria de Francia contra España en la final de la Liga de Naciones (2-1), ilustró la imposibilidad de automatizar totalmente el fuera de juego: una vez la posición de los jugadores se toma en cuenta, hay que apreciar si un adversario pudo volver a poner en juego el balón de manera intencionada.
Con el objetivo de permitir al público entender mejor las decisiones arbitrales, animaciones 3D serán difundidas en las pantallas del estadio, precisa la FIFA.